Emprendedor, protege tu producto


Emprendedor, protege tu productoAquel que pone en marcha un negocio debe poner a buen recaudo su marca.

Su registro evitará plagios, litigios y asegurará la exclusividad.

Alexander Graham Bell no inventó el teléfono, sino que fue rápido.

Patentó este instrumento antes que Antonio Meucci, su verdadero creador así reconocido por el Congreso de los Estados Unidos en 2002.

De forma similar, la autoría de la fregona también ha sido controvertida: un Juzgado de Zaragoza sentenció en 2009 que Manuel Jalón era el verdadero autor. Este y Emilio Bellvis se disputaron en los tribunales la invención del artilugio.

El registro de la marca es otro paso más en la creación de un negocio, a menudo olvidado pero de vital importancia.

Un emprendedor debe proteger su producto de terceros de igual forma que acude al Registro Mercantil o realiza los pagos en Hacienda.

Sin embargo, a la protección de la marca no se le concede la importancia necesaria o simplemente se desconoce el procedimiento.

¿Por qué hacerlo? El emprendedor registra su obra o patenta el producto para evitar la copia, litigios y el uso indebido de su creación.

Fermín Fontecha, responsable de márketing de Elzaburu, firma experta en propiedad intelectual, explica que “es necesario proteger aquellas marcas que se van a utilizar en el mercado.

Su registro permite afrontar su lanzamiento con garantías de no lesionar derechos de terceros y permite oponerse al uso de marcas de forma posterior”.

¿Dónde acudir? Depende del territorio en el que se quiera operar.

De forma general, para las marcas nacionales, el registro puede hacerse en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM); para las nacionales en la Oficina de Armonización del Mercado Interior; y para las internacionales en la Organización Mundial de Propiedad Intelectual.

Los problemas

Fontecha apunta que “si una marca no está registrada tiene una debilidad si hay que defenderla ante terceros”. Graham Bell fue más rápido y patentó el teléfono.

Muchos años más tarde, Meucci ha sido reconocido como el verdadero inventor.

Un emprendedor registra su obra para que otros no la utilicen o hagan un uso indebido. “Puede registrar elementos personales como el nombre, la firma, el dominio o la marca creada”, aclara el experto.

Y hay que prestar atención a la redacción del registro: “Muchos conflictos se deben a una redacción deficiente e imprecisa de los enunciados. Esto provoca que haya que defenderse o negociar acuerdos de coexistencia”.

No obstante, antes de comenzar un proceso de protección de los productos es conveniente estudiar la viabilidad de la marca.

Hay que comprobar si existe algún tipo de prohibición o si ya existen marcas que obstaculicen el registro. Puede ocurrir que otros se hayan adelantado y el nombre elegido no se pueda utilizar.

Por esto, Fontecha aconseja que se solicite un signo que dote a la marca de disparidad, de distinción respecto a otras. “Se puede evitar un conflicto incluyendo un elemento gráfico”, añade.

¿Cuándo? El experto de Elazaburu recomienda el registro cuando la marca es nueva, se modernizan las ya creadas, se pretende su extensión a otros mercados o se piensa en la internacionalización.

Ahora que sabes cómo proteger tu producto recuerda que en este blog también encontrarás las claves para vender productos hechos a mano por Instagram.


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