El auge del comercio electrónico ha cambiado la manera de comprar y vender, sobre todo en un factor clave: la accesibilidad.
Se está dando un proceso de migración de los negocios tradicionales a los negocios en Internet, y cabe suponer que los negocios online siempre tendrán una ventaja competitiva frente a sus pares tradicionales.
Además de facilitar la posibilidad de emprender un negocio por parte de cualquier particular, Internet simultáneamente facilita el acceso del público en general a los productos y servicios, sirviendo de canal informativo, canal de compra y también como medio de pago, gracias a las perfeccionadas formas de pago electrónico.
Al comparar las características de una tienda tradicional con una tienda online, el resultado no deja lugar para la duda sobre los beneficios de esta última.
He tenido la oportunidad de realizar esta evaluación al momento de lanzar mi propio emprendimiento, una tienda virtual dedicada a la venta de juguetes retro y que, en vista de los beneficios que Internet supone, actualmente se sirve de Internet en un 100%, tanto para la compra como para la venta de mercadería.
Para comenzar, una tienda online está “abierta” las 24 horas del día, los 365 días del año, lo cual le permite la visita y compra a nuestros clientes en cualquier momento.
La ventaja no sólo es horaria, sino también espacial, ya que podemos tener visitantes de cualquier parte del mundo (incluso puede saltarse la barrera idiomática incluyendo herramientas como Google Translate).
Por si esto fuera poco, una vez instalada, la tienda online no requiere mucho tiempo en su “atención”, lo cual nos habilita para desarrollar actividades paralelas.
No es casualidad que en Internet sobren los emprendimientos individuales y llevados adelante con una inversión mínima de capital.
Esto se debe a que, además, no es necesario contar con los costosos servicios de un programador o diseñador profesional: existen variados programas de software gratuito y de código abierto (open source) que pueden ser libremente descargados, instalados y personalizados, como OsCommerce (tienda virtual) y WordPress (plataforma para blogs).
La existencia de un local comercial tradicional pasó a ser prescindible en la actividad de venta, por lo cual muchos de los emprendimientos online han sido desarrollados desde el propio hogar de los emprendedores.
Suele señalarse que aún es importante el negocio “físico” debido a que algunos internautas aún no confían lo suficiente en las nuevas tecnologías como para realizar pagos electrónicos.
Si bien esto es cierto, se trata de una verdad temporaria: existe una clara tendencia al incremento de la confianza y el hábito de comprar online, así como también más información y un mejor criterio formado por parte del cliente, ya sea para la compra a través de grandes marketplaces como en pequeñas tiendas.
Internet ha cambiado la manera de comprar y vender y, además, ha ayudado a los mercadillos de Navidad a sobrevivir.
Escrito por Juan Quaglia, periodista tecnológico.