Millonario y estarías en la lista de los directivos más reconocidos a nivel mundial. A la altura de Steve Jobs, fundador y CEO de Apple, liderando la industria tecnológica mundial con innovación.
O de Kevin Kelly, fundador de Wired, la revista americana que trata de reflejar la manera en que la tecnología afecta a la cultura, a la educación, a la economía y a la política. Ambos son visionarios y han sido artífices del despegue de la innovación y de nuevos modelos de negocio en Internet.
Pero ambos están en Estados Unidos, país que recompensa el talento. Alfons vive en Barcelona y por eso se ha quedado sin premio.
Conozco a Alfons Cornella, fundador y director de Infonomia, la revista líder en este país en temas de innovación.
Compartimos los inicios de la llamada nueva economía y estuvimos (por separado, cada uno con lo suyo) en los principales despachos de las principales empresas de este país. A veces nos encontrábamos en conferencias. Era ya desde sus inicios la persona que más sabía, la más académica.
Pero a nivel empresarial, le faltaba esa chispa de gestión comercial que ralentizaba el potencial de crecimiento de su proyecto.
Y tampoco tuvo un socio que le aportase negocio puramente empresarial. Y al estar en España, su crecimiento estuvo limitado al no tener más producto que el talento y la innovación.
Desde Infonomia lanzó varios proyectos entre los que destacó la revista If.
Cuando me la presentó, hablaba como todo emprendedor que inicia una aventura, con toda la ilusión y pasión capaz de mover montañas.
El inicio fue durísimo, convenciendo a las agencias de publicidad y empresas del buen soporte que significaba estar anunciada en la prestigiosa revista. No lo ha tenido fácil, en un país donde se premia a los triunfitos, o a los que hacen barbaridades con los tochos.
Alfons podría ser hoy asesor de las principales empresas del país, participando en los consejos de administración y aportando todo su conocimiento y visión de la tecnología en los procesos empresariales.
Y a todas nuestras empresas les iría francamente mejor con el consiguiente resultado para nuestor país en temas de innovación e inversión tecnológica. Pero en España se estila otro tipo de consejeros. Hay que tener dinero para estar en la élite.
Me consta que Alfons es super feliz. No reniega de nada y saborea los éxitos que son muchos. Participa en conferencias, organiza eventos y es considerado el guru en innovación.
Este mes de octubre y noviembre, las farolas de la ciudad de Barcelona se han engalardonado con banderas que anuncian los actos relativos al Festival de Innovación Internacional. Y ahí está el impacto de Alfons con su If….
Le escribí para felicitarle. Pero me comenta que los del Ayuntamiento de Barcelona se han apropiado de su idea y que no han contado para nada con él. Curioso estos políticos pero no es más de lo que hablábamamos al principio del artículo. This is not America!
Enhorabuena Alfons por hacer de este país algo más innovador.