Un Caimán Azul, una nueva forma de contar historias


Un Caimán Azul, una nueva forma de contar historiasEva Bonafonte y Chema Diéguez lanzaron hace un año un negocio de cuentos personalizados.

Esta empresa llamada Un Caimán Azul se basa en tres aspectos para redefinir el arte de contar historias: el público infantil, la ilustración e Internet.

“La ilustración siempre ha sido nuestra pasión y el hecho de buscar artículos exclusivos para nuestro hijo nos hizo llegar a nuestro productos, los cuentos personalizados”, explica Chema Diéguez.

Este emprendedor decidió crear una empresa con su pareja, Eva Bonafonte, el pasado año. La crisis y la necesidad de buscar un empleo hicieron saltar la chispa y el nacimiento de su hijo fue el detonante.

Así que en 2012 comenzaron “con esta fábrica particular de creación de objetos especiales e irrepetibles”, cuenta Diéguez.

¿Cómo funciona Un Caimán Azul?

Estos emprendedores han logrado redefinir el concepto de personalización de cuentos. El producto no sólo está hecho a mano y en exclusiva para el cliente, sino que el niño es el protagonista de la historia.

“Dibujamos al pequeño a mano dentro de los cuentos o láminas ilustradas. Le convertimos en protagonista y así se ve como un dibujo más, integrado en la historia”, comenta el emprendedor, quien añade que “aportamos una experiencia exclusiva y personal”.

En definitiva, Eva y Chema aportan valor añadido a una actividad  asentada y conocida en el mercado, como es la literatura infantil o los cuentos ilustrados para niños.

En el proceso de creación, los emprendedores hacen uso de la Red: casi todo el proceso se hace a través de Internet. El cliente entra en Un Caimán Azul y elige en el catálogo disponible de la web.

Luego, sube la foto del niño para que Eva y Chema puedan dibujarlo y hacerle protagonista de la historia; y por último, el producto llega por correo a su destinatario.

El valor de Internet

Un Caimán Azul une público infantil, ilustración y la Red. Estos tres aspectos proporcionan éxito a este negocio. “El sector que ofrece productos para niños no se va a agotar.

Siempre vamos a querer obsequiar regalos especiales, que fomenten buenos valores”, explica Diéguez, y continúa “vendemos un producto que engancha no sólo por su forma, sino por la experiencia que aporta al que lo recibe”. Y esto es así porque los artículos  están realizados de forma artesanal.

Internet, además, se ha convertido en el medio de negocio: “ss un método que minimiza la inversión, tiene una viralidad extrema y permite llegar a un público específico”.

El emprendedor afirma que “la Red y las redes sociales difunden tu obra con mayor o menor repercusión, pero hay que trabajar duro para colocarte en tu sitio y crear una comunidad que reconozca tu trabajo”.

Los problemas

Eva Bonafonte y Chema Diéguez han dado con una fórmula de éxito, pero el camino para conseguirla ha sido largo y no ha estado exento de problemas.

Diéguez dice que la financiación es uno de los principales escollos para un negocio recién nacido o que quiera nacer. Y a esto añade la dificultad para significar y destacar el producto.

Para salvar estos obstáculos, los emprendedores aconsejan trabajo e ilusión. Y con estos ingredientes, “estructurar y equilibrar lo que quieres ofrecer con lo que interesa a la gente.

Sin perder de vista que antes de lanzarse, hay que estudiar el mercado y el público al que va dirigido. Uno no se puede lanzar al vacio y además, a ciegas”.

Si te apasiona el sector de los cuentos personalizados también te puedes fijar en proyectos tan exitosos como Mumablue.


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