En un reciente viaje a Madrid, he podido coincidir en el avión puente aéreo con el responsable de Recursos Humanos de una importante multinacional. La central la tienen en Barcelona y después de varios minutos de charla amena, me ha contado que iba a despedir a unos cuantos empleados de su oficina de Madrid.
No es de extrañar que la conversación girase en torno a la crisis y la situación de las empresas españolas. Yo le he comentado que a mi parecer el ajuste a nivel de empleados rondaría en un 20% de las plantillas. Esta cifra no es más que el sobredimensionamiento que han padecido las empresas y que ahora con excusas de la recesión se tiene que ajustar. Hemos vivido con mucha alegría, sin mirar con atención la productividad por empleado y sin evaluar el valor añadido de cada uno de los trabajadores. La mediocridad quedaba agazapada en el éxito y crecimiento del conjunto de la empresa.
¿Está la sociedad preparada para asumir ese incremento del 20% de trabajadores que van al paro? Yo solo le veo una alternativa: ser emprendedor
Si hubiéramos hecho los deberes a nivel de sociedad, podríamos estar a punto de ver nacer un resplendor económico por el boom de nuevas empresas que se crearían con ese 20% de parados que serían nuevos emprendedores. Pero me temo que no lo estamos y que nos abocamos a un período de pánico generalizado. Sólo los emprendedores estarán a salvo de esta quema.
Las empresas deberían además de despedir, inculcar un espíritu más emprendedor en sus organizaciones, con el objetivo de incrementar los resultados, la productividad, la eficiencia. De esta forma se podría crecer y empezar a contratar nuevamente.
Mi compañero de viaje lo ve peor el panorama. Le he invitado a visitar nuestro Blog para que coja ánimos y no se deje arrastrar por el pesimismo de los Medios de Comunicación. Estamos ante una gran oportunidad y nuestros hijos no nos perdonarán el no haberla tomado!