Siete caminos para financiar tu nuevo proyecto


Siete caminos para financiar tu nuevo proyectoLa búsqueda de capital es el quebradero de cabeza para los emprendedores.

Con el fin de aportar cierta luz, he aquí siete vías para conseguir recursos económicos para la puesta en marcha de un proyecto.

La elección de una u otra vendrá marcada por la esencia de la empresa, los socios y el emprendedor.

Cómo encontrar capital para financiar tu nuevo proyecto

Recursos propios, inversores privados, bancos… Las puertas de la financiación son muy variadas, y según sea el perfil del emprendedor y el proyecto que quiere poner en marcha (a lo que se une la actual situación económica) unas se abrirán y otras no.

La clave está en estudiar cada una y elegir de acuerdo a las características de empresa y nuevo empresario. De este modo, las probabilidades de acertar se multiplican.

El grado de idoneidad de las distintas modalidades de financiación vendrá marcado, entre otros factores, por el número, trayectoria y perfil de los socios, por el sector en el que se está encuadrado el proyecto y por el tipo de mercado en el que se pretende operar.

“Todas ellas son válidas, pero no todas van a encajar bien con nuestro tipo de empresa. Por eso es importante conocerlas”, señala José Cadenas, socio del área de consultoría de  Augeo Consulting Group.

Siete fuentes financieras para emprendedores

Financiación bancaria: Los bancos son la fuente de financiación tradicional, pero también la más complicada de conseguir.

Los proyectos solventes, trabajados y realistas, que vengan de la mano de un socio acreditado y con experiencia, y  en los que se especifique con precisión para que se quiere el dinero y cómo se va a devolver, serán los que tengan más posibilidades de acceder al crédito bancario.

Subvención pública: La subvención se debe contemplar más como ayuda o incentivo que como fuente de financiación. Por regla general, se limitan a un tipo de proyectos, como por ejemplo, ayudas a la innovación tecnológica.

Una de sus ventajas es que es de aplicación directa y sin obligación de reembolso; la parte menos buena es que están sujetas a requisitos muy estrictos.

Personas cercanas al emprendedor: O lo que es lo mismo, las ‘tres efes’: friends, fools, family. Estos recursos económicos vienen dados por el círculo cercano del emprendedor. Se basan en la buena relación y la confianza.

‘Business angels’:  Son inversores privados que aportan su capital,  experiencia y contactos en el mercado. Aunque ponen dinero, su perfil es más de empresario y mentor que de inversor propiamente dicho.  Aportan capital y conocimiento, pero en ocasiones llegan a intervenir demasiado en la gestión del negocio.

Capital riesgo: La entidades de capital riesgos son, junto con los bancos, la otra fuente de financiación profesional.

Están reguladas legalmente y pueden adoptar dos tipos de personalidades jurídicas: sociedades de capital riesgo y fondos de capital riesgo.

Son inversores solventes y con garantía; sin embargo, no suelen invertir en las fases iniciales de los proyectos.

Préstamo participativo: En esta modalidad  el prestamista realiza una apuesta por el proyecto y une su suerte a la del emprendedor.

Se trata de un instrumento financiero caracterizado por la participación de la entidad financiera en los beneficios de la empresa financiada, además del cobro de un interés fijo. Es decir, si al emprendedor le va bien, el prestamista ganará más.

‘Crowdfunding’: Esta modalidad es una tendencia en auge y que a muchos ha dado muy buenos resultados. El emprendedor solicita financiación a la colectividad, a todo aquel que pueda estar interesado en su proyecto, normalmente a través de Internet.

Las aportaciones  se ven recompensadas con algún tipo de contraprestación relacionada con el proyecto, como la entrega de material o el  reconocimiento explícito del financiador.


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