No hay semana que pasa donde me preguntan el cómo empezar a emprender. Tanto los emprendedores que ya ejercen como los potenciales que se lo están pensando, tienen en común en que son buenos en algo muy concreto. Será el carácter, será una experiencia, una habilidad, un saber-hacer. Esa especialidad conocida como el Know-how personal no es más que el talento que los hace únicos y grandes PROFESIONALES. Y emprender no es más que desarrollar las propias capacidades, el propio talento en forma de un proyecto propio. Y todos lo tenemos, pero hay que averiguarlo y ser consciente de que lo disponemos.
Y una de las formas de empezar o de consolidar el negocio ya empezado es el potenciar dicho talento, o en otras palabras, poner en valor el mismo. A veces intentamos encontrar la mejor de las ideas para sorprender al mundo con un producto o servicio único. Otras veces nos planteamos nuevos retos super distantes a nuestro conocimiento en busca de encontrar la fórmula mágica para operar en un determinado nicho de mercado. Y otras tantas nos empequeñecemos con tareas que dominamos pero que están lejos de conseguir y trabajar todo nuestro potencial profesional.
No hay cosa más fácil para emprender que seguir con nuestra trayectoria profesional ejerciendo lo que sabemos hacer, pero poniendo en valor el talento, la experiencia acumulada y el saber hacer de nuestro carácter único y especial para los demás. Lo sabemos y no lo practicamos. Emprender no es más que llevar a término los sueños en forma de proyectos, apoyados en unas herramientas basadas en el conocimiento de las cosas. Y poner en valor no es más que saber vender mejor ese conocimiento y saber hacer.
Así de fácil. A partir de ahora: véndete mejor, dale más importancia a lo que haces para que los demás lo sepan valorar. Tu aportación es digna de estar recompensada con mayor retribución y mayor reconcimiento. No te infravalores. Eres el mejor en lo tuyo y los demás lo tienen que saber y apreciar. Si sigues en el camino de no poner en valor tu talento, corres el riesgo de estar considerado como prescindible y un alta posibilidad de ser sustituido en épocas de crisis. Y además no obtendrás la mayor de las recompensas posibles por tu trabajo que se lo llevará posiblemente otro: tu jefe o tu competencia.
Otra cosa es que te quieras marchar de la organización en la que estás trabajando porque has decidido emprender y entonces tienes que aplicar tu plan de salida. No te vayas con nada. Te mereces el pasivo laboral y no se lo puedes regalar. Dicha indemnización te puede ayudar mucho a iniciar tu proyecto e ir más confiado desde la parte financiera.
Si crees que eres bueno en algo, ponlo en VALOR.
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