Móntate un resort en plena naturaleza


Cada vez que vamos al campo, nos apetece quedarnos por el disfrute de la naturaleza, del entorno, de la belleza de los paisajes, de la amabilidad de sus gentes, de la exquisitez de la comida y de la desconexión de nuestra rutina.

Son muchos los que se preguntan si merece la pena irse a vivir al campo y decidir sobre un traslado que a nivel personal no hay ningún tipo de duda pero que a nivel profesional se frena por las pocas oportunidades de empleo que se presentan. Hoy hablamos de la posibilidad de montar un negocio en el mismo y deseado campo. Crea tu propio resort.

La idea de montar un resort, o un camping de calidad, o un centro turístico en plena naturaleza es una evolución del hotel rural pero con las ventajas de poder ofrecer una experiencia basada en el sentimiento derivado de la convivencia. Cuando uno se hospeda en un hotel, por muy bueno y lujoso que pueda ser, te encuentras con ambientes fríos, compartiendo con gente desconocida y no muy acordes a lo que una familia espera de una estancia familiar.

En cambio, lo que proponemos montar es un proyecto donde prima la convivencia de gente interesada en compartir valores, amistad y disfrute de unas instalaciones en un entorno amigable, conocido, seguro y espectacular en cuanto a servicios.

Empecemos por el lugar. Lo idóneo y clave para que se llene de visitantes y familias huéspedes es estar cerca de una gran ciudad, en el entorno de los 60 minutos aproximadamente en viaje de coche.

En cuanto a dimensiones, se trata de disponer de aproximadamente unas 5 hectáreas de terreno aproximadamente. En ellas se ubicarán las instalaciones comunes como son las pistas deportivas de fútbol, baloncesto, tenis, paddle y demás deportes que se quieran ofrecer para el disfrute de las familias. Además deberá contar con una piscina y su zona de descanso. La misma debería estar acondicionada para el uso y disfrute en temporada invernal con tal de aprovechar al máximo todos los días del año. Un supermercado pequeño, un restaurante- bar debería complementar la zona de servicios.

En el restaurante debería ofrecerse comidas típicas y platos de la zona, todo ello a precios asequibles típicos de las zonas rurales.

Una segunda zona estaría compuesta por parcelas con capacidad para instalar bungalows de 30-40 metros. Cada parcela contaría con un pequeño jardín delimitado por setos altos y otorgando cierta intimidad. Se cuidaría por parte de la empresa impulsora del proyecto de que todas ellas guardasen similitud en cuanto a estética exterior, vigilando bien los porches de madera y exteriores de los bungalows. Dichas parcelas se alquilarían con contratos anuales, no estando permitido el realquiler por temporada o días. Los bungalows se venderían y pertenecerían a los huéspedes arrendatarios con lo que cada familia se preocuparía de mantener en las mejores condiciones los mismos. En esta segunda zona las familias serían el principal destinatario ya que encontrarían en el resort el mejor escenario posible para la educación de sus hijos y el disfrute de la libertad y responsabilidad.

Por último, habría una tercera zona reservada para las estancias de visitantes. Serían también bungalows y se descartaría la instalación de tiendas de campaña o caravanas. Los precios deberían ser asumibles para familias que quieren formar parte de este resort de forma puntual.

Toda la zona debería estar ajardinada y mantenida muy limpia para el disfrute de la convivencia y belleza del lugar.

Existen pocos lugares parecidos a lo que os presentamos, con variaciones y conceptos similares. Uno de ellos es Cambrils Park.

Si tienes la posibilidad de montarte un resort, sigue estas recomendaciones que lo llenarás y te convertirás en un referente del turismo familiar.


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