La cifra de parados está aumentando de forma preocupante para la armonía de la sociedad. No es que vaya a ver asaltos ni desmadres pero si que es una pena que se haya instaurado en el debate corriente de las familias el hablar de quien está en paro y como lo lleva. Pero los parados no pueden quedarse quietos. Bueno, se van al gimnasio a ponerse guapos. Y no se les debería pagar el subsidio que lo destinan a una actividad plena en ocio y nada en formación.
Y las noticias que llegan indican que a los parados les ha tocado la lotería. Esto es increíble. Conozco varios casos donde el parado en cuestión aprovecha para irse al gimnasio todas las mañanas. En uno de ellos, dedica el resto del día a ver tele, deporte nacional en este país. Y no quiere volver a trabajar porque de lo suyo según argumenta, es gruísta, no hay trabajo.
En este país se ha llegado a pensar que sin formación se podía uno hacer un hueco importante en el mercado laboral. Nada más lejos de la realidad. Lo único que se consigue es trabajo precario que es también muy digno, pero precario. Deberíamos potenciar la creación de más emprendedores en un entorno propicio como el actual. Los parados son fuente de talento, energía y oportunidades nuevas para la sociedad.
La solución vendría que aquel que quiera recibir la prestación de subsidio por desempleado, debería acudir a las aulas a formarse como emprendedor. Solo tendrían que ir al «cole» diariamente de 9 a 5, como los chavales. La sociedad ganaría en educación, preparación y encima se daría empleo a las empresas de formación. En dicha formación se les podría enseñar mejor a buscar empleo o a plantearse nuevos retos y alternativas laborales.
La formación es el principal pilar de una sociedad. Y no podemos renunciar a ella. Los subsidios de empleo deben ir acompañados forzosamente de una preparación académica de quien los recibe.
Y si encima podemos crear nuevos emprendedores, mejor que mejor. La sociedad los necesita y los debe apoyar con todos sus medios.