Este país está lleno de pesismistas. Los Medios de Comunicación además están asustando a los ciudadanos de lo grave de la situación y que lo peor se avecina a la vuelta del verano. En general, todas estas predicciones son basadas en augurios poco creíbles y sujetos a una personalidad muy académica. Y decimos que no nos los creemos porque confiamos en la recuperación de la economía española gracias a los emprendedores. El bajón será en forma de V y la caída muy pronunciada, pero saldremos enseguida. Mi propio diagnóstico es a que a principios de 2009 empezarán las buenas noticias procedentes de Estados Unidos.
Y una vez que tengamos noticias buenas, los ciudadanos y empresas empezarán a consumir e invertir respectivamente. Se entrará en un crecimiento suave pero contínuo, con más alegría que la actual.
La crisis afectará a las empresas que no han hecho los deberes en cuanto a diversificación y contención de gastos. Y afectará a las estructuras poco productivas con incidencia en el empleo. Los emprendedores tenemos que aprovechar que nuestros costes son mínimos y disponemos de una estructura muy competitiva. Con dinamismo comercial y ataque a por clientes de nuestra competencia, tenemos que poner a nuestro favor esta coyuntura económica para crecer incluso.
Es el caso de Carmen que tiene una pequeña imprenta. Está sola con unas máquinas heredadas del tiempo de su papa. Ahora tiene temor de que la crisis le pueda afectar y perder los pocos clientes que tiene. Carmen tiene que afrontar esta etapa como una oportunidad. Hay miles de clientes que querrán reducir los costes de grafismo e imprenta. Y ahí tiene que estar ella para ofrecer sus soluciones. Pero Carmen lleva más de un año que no hace prospección comercial, y este es el vedadero problema de su proyecto. No podemos achacar a la crisis económica los problemas propios del negocio.