Este pasado verano tuve la ocasión de conocer y disfrutar del interior de Castellón, concretamente la zona de Castellfort y Vilafranca del Cid. Fueron unos días geniales de disfrute de la familia y de uno mismo. Lo que me llamó la atención fue la presencia de numerosos molinos de viento que emulaban al mismísimo Don Quijote de la Mancha. Estos molinos eran sin embargo enormes y feos desde la perspectiva del enclave donde se encuentran. Pero cuando uno se acerca a ellos, se empequeñece dado su enorme poderío de movimiento y de generación de energía, tan cara y necesitada estos días.
He estado investigando durante estos meses para poder ilustrar en este artículo las posibilidades para emprendedores sobre el negocio del viento.
Es curioso pero en España hace cadá día más viento. Fijaros a vuestro alrededor. El aire y viento sopla más que hace unos años (para bien de surferos). Las empresas energéticas lo saben y han invertido mucho últimamente. Hoy Galicia es la sexta potencia mundial. España es la tercera en parques eólicos y potencia instalada, después de Estados Unidos y Alemania.
Lo que hay que buscar es la posibilidad de emprender un negocio con el viento. Se está investigando mucho en Estados Unidos, Canadá y otras potencias europeas (no en España) para abaratar el coste de obtención de energía a través del viento.
Veremos pronto molinillos capaces de permitir una auto abastecimiento energético. Empresas como Aerogeneradores Bornay ya te venden tal posibilidad. Las Universidades españolas, las pymes tecnológicas y los emprendedores cercanos a la investigación deberían adentrarse en este mundo para conseguir el preciado molinillo.
Hay que saber que las compañías ofrecen 12.000€ anuales por cada molino de viento que instalan en tu parcela. Cuánto pagarán por el molinillo no lo sabe nadie pero ya nada es gratis.
Lo único que asusta es que veremos la azoteas de casas llenas de estos artilugios, junto a antenas y demás utensilios que parece no podemos prescindir.