Los que están a punto de emprender no pueden saber a ciencia cierta que grado de desarrollo profesional tendrán, así como de plenitud personal. El mundo al que entran es desconocido por eso les vamos a contar que van a sentir.
Un primer sentimiento es de euforia, contenida pero real, que hace que los emprendedores se comporten alegremente, con mucha fuerza y optimismo ante todo tipo de adversidades. Además, aprenderán a apreciar las cosas bonitas de la vida, así como disfrutar de todos los placeres que les rodea en su día a día. Los que ya han probado emprender lo comparan como la base del erotismo que se designa al amor apasionado unido con el deseo sensual. El que lo prueba quiere más.
Y este es el sentimiento general que tendrán. La búsqueda del logro y del éxito de su propio proyecto les lleva a acariciar con regocijo cualquier mejora y a contemplar con orgullo la evolución profesional. Y eso se traduce en una evolución personal sin parangón.
¿A qué esperas?