El hidrógeno bajo en carbono ofrece alternativas de inversión atractivas a los inversores en infraestructuras


El hidrógeno bajo en carbono supondrá una oportunidad de inversión de entre 6 y 12 billones de dólares en las próximas tres décadas. En este sentido, se perfila como una buena alternativa para los inversores en infraestructuras.

Entre el 31 de diciembre de 2019 y el 31 de diciembre de 2022, las inversiones en infraestructura arrojaron un retorno total de 7,36% al año, incluyendo los rendimientos en efectivo y los aumentos de valoración, e incluso provocaron retornos positivos en 2022.

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Según un estudio internacional de fondos de inversión en infraestructuras realizado por Boston Consulting Group (BCG) y EDHECinfra en el tercer trimestre de 2022, el 67% de los directores generales afirmaban que preveían aumentar sus inversiones en el sector de energías renovables en los próximos tres a cinco años.

Los resultados completos del estudio se integran en un informe titulado Building the Green Hydrogen Economy, que analiza los riesgos y retornos que los inversores en infraestructuras generaron en 2022, junto con nuevas oportunidades de inversión en el sector del hidrógeno.

Para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, el hidrógeno bajo en carbono es una opción novedosa que permite descarbonizar sectores cuyas emisiones son difíciles de reducir, como productos químicos básicos, aviación, producción de acero y transporte marítimo y por carretera de larga distancia. Mientras que el hidrógeno gris se genera a partir de gas natural o metano, el hidrógeno bajo en carbono se produce a través de un proceso de electrólisis alimentado por fuentes de energía renovables como la eólica o la solar, o por combustibles fósiles combinados con captura y almacenamiento de carbono.

En 2021, la demanda de hidrógeno se situó en torno a los 94 millones de toneladas y el hidrógeno gris, que es menos respetuoso con el medioambiente, representaba la mayor parte de dicha demanda. Sin embargo, de cara a 2050, la demanda de hidrógeno bajo en carbono se acercará a los 350 millones de toneladas por año.

Para cumplir con los objetivos de descarbonización internacionales, BCG calculó que los sectores público y privado deben invertir entre 6 y 12 b $ en activos entre 2025 y 2050 con el fin de producir y transportar hidrógeno bajo en carbono. Aunque las oportunidades de inversión abarcarán toda la cadena de valor del hidrógeno, desde el desarrollo de materias primas hasta la generación, pasando por el transporte y el almacenamiento, se deben invertir entre 300.000 y 700.000 millones de dólares de esa cantidad de aquí a 2030.

El informe detalla cuatro estrategias que pueden ayudar a los inversores a obtener la ventaja de los pioneros en el nuevo sector del hidrógeno y superar a los demás:

  • Analizar las subvenciones invertir solo en países segmentos de la cadena de valor donde los legisladores han desarrollado prevécrear mecanismos monetarios que limiten los riesgos.
  • Trasladar los riesgos de ejecuciócnica asociados con la inversióen proyectos de hidrógeno bajo en carbono socios experimentados.
  • Crear una cartera invirtiendo en varios proyectos relacionados con el hidrógeno para generar sinergias que ayuden todos obtener mejores resultados.
  • Potenciar la propensióal riesgo para ganar impulso desde el principio.


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