Tuve la oportunidad de hablar la semana pasada con Pedro Nueno, reputado profesor de la escuela de Negocios IESE y de la Harvard Business School. Es además columnista los domingos en La Vanguardia. Hace tiempo que lo disfruté como profesor y me atreví a acercarme para comentar el tema de los emprendedores. Me ha fascinado su proximidad, dado lo ocupado e importante que es. Gracias desde aquí profesor Nueno.
Siempre he pensado que las escuelas de negocio como IESE; ESADE, IE, EADA, CESMA están alejadas del mundo real. Son también fábricas de directivos que sirven para hacer crecer las multinacionales y muy poco activas en el tejido empresarial e industrial local. Hay excepciones y desde la propias escuelas se intenta estimular con fondos de capital riesgo y departamentos de apoyo a la cultura emprendedora. Pero he aquí su gran fallo, que estas iniciativas pivotan como satélites en lugar de erigirse en el centro de toda la enseñanza superior que reciben los alumnos.
Don Pedro me ha comentado que desde el IESE intentan dar la oportunidad para que la gente reflexione sobre estas cosas y las aplique incluso como empleado. Yo creo que no es suficiente. Harvard por lo contrario se jacta presuntuosamente de formar a los mejores empresarios, que no directivos.
Tenemos que intentar cambiar entre todos que los emprendedores son los nuevos gladiadores. Son los que generan optimismo, confianza y dinamizan la sociedad con planteamientos, innnovación y nuevos proyectos de cualquiera de los ámbitos.
Invito a las escuelas de Dirección y Negocios que realicen cambios importantes en su programa curricular. El fin último de una escuela debería ser la creación de emprendedores que sueñan por un mundo mejor. Los Directivos solo piensan en el mundo de la empresa por la que trabajan.