¿Quién no ha pensado en dejar de trabajar en esta vida? Yo creo que todos nosotros lo hemos hecho varias veces y es algo que tenemos en un rincón de nuestra mente, escondido, y recuperamos de vez en cuando, sobretodo cuando estamos un poco asqueados por la presión del sistema que hemos encontrado a nuestro alrededor, ya montadito y estipulado para trabajar y… poco más.
Hoy quiero plantearos si creéis que es posible hacerlo. Si hay alguna alternativa al modus vivendi que las empresas nos han presentado. Atreveros a dejar oír vuestra voz porque es el momento de iniciar una revolución basada en el talento de todos nosotros, de todos los emprendedores.
Esta palabra, emprendedor, ha sido maltratada por unos pocos que, de forma errónea, relacionan el término con cierto temperamento o pose. No nos dejemos llevar por los prejuicios y centrémonos en lo que su etimología nos quiere hacer llegar.
La palabra, en si, sólo hace referencia a aquél que emprende con resolución acciones dificultosas. Por tanto, desmitifiquemos y demos el siguiente paso.
Ahí es donde entra en juego lo que yo he denominado revolución basada en el talento. Vosotros diréis si es o no acertada esta reflexión. La realidad es que todos tenemos talento. Algunos lo han descubierto tarde, por casualidad, y por eso no se atreven a emprender una nueva aventura.
Como dice Doris Lessing«sea lo que fuere que estás destinado a hacer, hazlo ya, las condiciones son siempre imposibles».
¿Qué opináis? ¿Soñáis con lograrlo algún día? ¿Estáis haciendo algo para que ese sueño tenga posibilidades de hacerse realidad?
Yo os adelanto que es posible. Ya os iré contando.