Esta es la pena de nuestro sistema. Que permite pocos cambios y puedes augurar donde estarás y como serás en unos años. Y es que lo tenemos mal montado. La evolución y progreso personal y profesional está muy marcada por las pautas del sistema, inmovilista, y que permite pocos cambios. Salirse de él es cosa de pocos. Son los emprendedores los que arriesgan y tenemos que verlos como los gladiadores de este siglo, los únicos que son capaces de regenerar con iniciativa las ideas, los proyectos, la oferta tanto cultural, social como económica.
¿Por qué no tomas una decisión y cambias? No puede ser que no tengas sueños y que no quieras luchar por ellos. Los emprendedores soñamos mucho. Y al emprender esos sueños se cambia mediante innovación, aportación y materialización de nuevos proyectos y formas de ver y hacer las cosas. Estos cambios es lo que los pueblos necesitan para ir evolucionando a un mundo mejor. Si no se produjeran esos sueños, estaríamos viviendo quién sabe como!
Y tu posiblemente también sueñas. Pero hay algo que te frena y te dejas esos sueños en tu interior. No eres culpable de esta situación. El sistema que antes comentábamos nos hace a todos prisioneros de un estilo de vida cómodo y holgado. Pero entendido esto como de complacencia y conformismo. Pero tenemos a los emprendedores que rompen los moldes de actuación y sorprenden con iniciativa, entrega y constante innnovación.
Hazte emprendedor si quieres ser dueño de tu destino, si quieres marcar tu propio trazado de tu vida y encontrarte con nuevas ilusiones, nuevos retos y nuevos aventuras por las que disfrutar.
Este es el caso de Blanca, que durante un tiempo de su vida, se encontraba desganada, sin nuevas pasiones e incluso un poco deprimida. Achacaba al entorno su falta de ambición por tener ilusión. El sistema se la había comido literalmente. Fueron casi 5 años donde hubo tristeza y poco progreso personal. Tuvo un día un sueño de aquellos que te quitan el dormir. Su ilusión era montar un campamento de verano para niños en Castilla León. Trabajó en su proyecto durante estos últimos 4 meses y han sido posiblemente los mejores momentos de su vida en este siglo 21. Todavía no sabe si materializará su proyecto en la realidad pero ya puede cantar victoria. Ha triunfado como persona porque no hay éxito sin intento. Y aquí lo importante es sentirse a gusto consigo mismo. Y si encima te salen las cosas bien y ganas un dinerito, pues mejor.