Esta semana me he cruzado con varios conocidos y me ha sorprendido el grado de estrés que llevaban (dicho por ellos). Octavio estaba incluso demacrado, muy delgado de cara, y la verdad, me he preocupado.
Le he preguntado el por qué y me ha comentado que por causas del trabajo. Lo curioso es que trabaja en la Diputación de Barcelona y en temas de formación. ¿Cómo se puede estresar uno en la Administración?
Lo mismo le pasaba a Jorge, pero en Endesa. Esta empresa es un monopolio que controla el mercado, no puede perder clientes y encima le fijan las tarifas. Yo le veo pocos problemas de gestión si se focalizasen realmente en sus clientes que son los ciudadanos.
En ambos casos tenemos un denominador común. Y es que son ellos mismos los que se han creado su propio estrés, ocasionado por circuitos burocráticos de funcionarios para estar ocupados. Y como son tantos y hay tantos jefes, pues a estresarse.
Es fruto de la cultura empresarial implantada a lo largo de muchos años y que ya no tiene solución. Si vas a fichar por empresas de este tipo, que sepas que te vas a estresar.
Andrés Martín escribía en el diario La Vanguardia el pasado jueves que el estrés es comerse el coco con cosas del pasado que causan sufrimiento, bajan la autoestima y la eficacia.
También decía que el estrés va de dentro hacia fuera. Yo añadiría que pude originarse por ambientes malignos creados por las empresas (puede que de forma inconsciente, pero que les inculpa), y encima te quita la energía positiva, quedando solo la negativa que se adueña de uno mermándole en sus capacidades. Y con ese cuadro, emprender y tomar decisiones es más bien imposible.
No vale la pena jugar con nuestra salud. Los emprendedores tendremos otros problemas como son la pérdida de clientes, que no salen los números, etc, pero de salud estamos mejor que la gran mayoría que trabaja por cuenta ajena. El mensaje está claro. Cuidado con el estrés.