Cuando lo académico no es suficiente para formar a Emprendedores



Con la experiencia propia de haberme inmiscuido en el mundo académico y escolar, con un proyecto propio de formación a Emprendedores, constato que la tarea de educación académica debería ser de los colegios (institucional), de las familias, y del sector civil-social. Ahora mismo cae todo el peso en los colegios y profesores. Las familias y resto de la sociedad civil somos meros espectadores del proceso de educación académica de nuestros hijos. Y creo que esto debe cambiar con la aportación de elementos que complementen (no sustituyan) la formación de los jóvenes.

Distingamos primero entre educación y educación académica o formación. La primera recae en la labor de las familias principalmente, apoyadas por la labor de instrucción disciplinar y de conductas por parte de los colegios. Muchas familias han abandonado y delegado la acción de educar en casa, pasando la responsabilidad únicamente a los colegios. Y he ahí un gran error que acabará pagando el joven con una actitud poco balanceada.

La segunda que es la que comentamos hoy, la educación académica, recae hoy exclusivamente en la labor docente de los colegios. Y he aquí también un gran error porque la sociedad (familias incluidas) vive de espaldas a lo que acontece en las aulas de los centros escolares. Creemos y damos por sentado que nuestros hijos reciben el mejor de los programas académicos, y no lo ponemos en duda, pero no es suficiente para la labor educativa que necesitan los jóvenes de hoy.

Nuestros hijos necesitan dotarse de nuevas formas de actuar (herramientas y metodologías) para encarar los retos que plantea la sociedad de hoy. El mercado laboral y profesional que se encontrarán les obliga a conocer procesos y formas de pensar y actuar que no se está cubriendo plenamente en la aulas de hoy. Estas nuevas formas de analizar las problemáticas y situaciones en general, encararlas, afrontarlas y superarlas implican una nueva manera de razonar y diagnosticar, así como de operar y tomar decisiones.

Y todo esta temática no se puede cubrir solamente desde el punto de vista académico, impartido además por académicos. Es necesario la participación de líderes de la sociedad civil, de empresas, de instituciones que conozcan y puedan aportar su conocimiento en la materia (como escuelas, asociaciones, entidades, instituciones).

La necesidad de dotar a nuestros hijos de iniciativa, autoestima en el lanzamiento de proyectos e ideas, de creer en uno mismo (talento y cualidades personales) como esencia del progreso personal, es de tal importancia que no podemos dejarlo de la mano de académicos. Éstos no tienen la experiencia profesional ni tampoco han podido actuar como emprendedores. Se pasan todo su tiempo en las aulas, con nulo o poquísimo contacto directo con la sociedad profesional de hoy. Hay que ofrecerles experiencias donde puedan enriquecer su personalidad y carácter. Un ejemplo serían los campamentos de verano de Topcolonies.

Se trata de que trabajemos juntos, los académicos y los demás, para dotar al sistema educativo académico de unas bases y metodologías que nos asegure que nuestros hijos podrán afrontar con éxito su desarrollo profesional.


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