Posiblemente no habrá mejores momentos que los actuales para emprender. Y no porque no habrá oportunidades en el futuro que las habrá, sino por la precaria situación que se encuentran los que trabajan en las grandes multinacionales y grandes empresas del país. Los efectos de la crisis se hace notar en el personal de las plantillas que está más angustiado, más presionado, más desmotivado y con una gran pérdida de talento que no encuentra la forma de estar canalizado en proyectos fructíferos y racionales.
Los emprendedores lo sabemos y por eso estamos orgullosos de trabajar para nosotros mismos. Tendremos muchos altibajos, como los que trabajn por cuenta ajena y no más que ellos, tendremos nuestros momentos de incertidumbre, al igual que los que se ejercen en nómina, y estaremos presionados por la consecución de nuestros objetivos, al igual que los que lo hacen en las empresas. Pero vivimos mucho mejor que ellos. Ganamos bastante más. Y tenemos más tiempo para poder gozar la vida hoy sin tener que esperar al día de mañana con promesas de todo tipo.
Hoy, no hay mejor alternativa profesional para cada uno de vosotros. Trabajar para tí mismo es lo mejor que puedes hacer. Busca tu proyecto, tu ilusión. Los emprendedores viven mejor que nadie.
Analiza y encuentra tus cualidades tanto personales como profesionales. Y forma en torno a ellas un modelo de vida que te permita disfrutar y aprovechar las enormes ventajas que se te presentan con la gestión de tu propio talento. Puede ser cualquier cosa que no eres capaz de ver ahora. De índole empresarial, social, científico, cultural, deportivo, tecnológico, de Internet artístico, o académico, las oportunidades en nuestra sociedad son infinitas y están ahí esperándote. No se irán, no te preocupes. Pero tienes que dar el salto. Lánzate! Hay muchos ejemplos de emprendedores que se han lanzado a emprender con el alquiler de coches, con un portal de novios, o con un hobbie.
Si no haces nada, la autocomplacencia acabará por llevarte a ninguna parte. Es un camino que ya puedes conocer su final. Y tu no puedes aceptar ese destino de tu vida. La amargura de ese trayecto te llevará a estar cada día más descontento contigo mismo, con la sociedad y con el sistema que está montado. Salirse de él es mucho más fácil de lo que te crees. Lánzate!, tu vales mucho.