Volvemos de vacaciones y todos tenemos las pilas cargadas. Bueno, todos no, los que tienen claro que vuelven a vegetar a la empresa, esos lo tienen crudo ya que les espera un nuevo año de sufrimiento personal y emocional. NO se lo recomendamos a nadie. En setiembre, hay que disponer de una actitud como los estudiantes, que se quieren comer el mundo después de tantas vacaciones. Los últimos en volver ya que han hecho las vacaciones en Agosto vuelven y se encontrarán la mesa llena de anotaciones, deberes, cosas por hacer urgentemente y una reunión con el jefe que le va a comunicar que hay que apretar dada la situación de crisis económica.
Le van a exigir que quieren más de él, más productividad, más esfuerzo, más dedicación, más compromiso, y sobretodo más resultados. Atrás quedan olvidados los éxitos cosechados. De ellos nadie se acuerda ni le dan valor alguno. Y posiblemente saldrá en algún momento de la conversación de la vuelta al trabajo la posibilidad de despidos en la empresa debido a la crisis.
Pero este mes de Setiembre es diferente. Muchos han tomado la decisión de emprender y ya han iniciado su plan de salida de la mejor forma retribuida posible.
Para los emprendedores que ya estamos ejerciendo, volvemos con las pilas puestas y mucha fuerza. Hemos reflexionado y hemos tomado decisiones importantes para nuestros proyectos, pero también importantes para nuestra vida personal.
Para nosotros, está ligado ambas cosas y podemos decidir sobre ellas de forma clara y directa. Volvemos con la idea de doblar el negocio y aprovechar la coyuntura de crisis para hacerlo crecer, y consolidarlo de forma decidida y estructurada. Además nos planteamos nuevos proyectos ya que nuestra mente siempre está moviéndose, inquieta, con ganas de progresar y crecer intelectualmente.
Esperamos que hayáis recargado energía y adquirido mucha motivación para encarar un interesantísimo y prometedor final de año.