¿Qué es ser Emprendedor Social?


Emprendedor social
Esto de emprender en el campo social suena a beneficiencia. Es como si los que eligen un proyecto social lo tienen que hacer de forma altruista, gratuita, sin ningún tipo de remuneración y ofreciendo los servicios de forma desinteresada para llegar a colectivos marginados. Nada más lejos de la realidad. Es un concepto equivocado que nace desde el propio sector.

Las entidades que lideran este campo como son Fundaciones y ONG’s necesitan cambiar de mentalidad y profesionalizarse. Es legítimo ganar y generar dinero porque desde la profesionalidad de los servicios se puede actuar y maximizar los recursos disponibles. Trataremos varios ejemplos pero la necesidad de cambio es imperiosa. Los propios actores del sector reclaman un cambio en su valoración y compensa. En casi todos ellos, los salarios son bajos y se habla de su amor por la labor como forma de justificar tal dedicación.

Y no es que no compartamos que hay mucha pasión y dedicación voluntariosa en las actividades sociales, pero tienen que ser gestionadas con total profesionalidad, incluso superior a cualquier empresa por la disponibilidad de recursos públicos o de donaciones de particulares y empresas.

Ser emprendedor social no es trabajar de forma voluntariosa en una actividad necesaria para sociedad. Eso podría ser el alma, la misión, pero emprender en el campo social implica también dotar de unas estructuras de gestión y maximización de los recursos. Así, se podrá dedicar los recursos necesarios para acometer la misión y objetivos del proyecto.

Los proyectos sociales son necesarios ya que sin ellos, ciertos colectivos estarían totalmente marginados. Pero la materialización de los mismos no implica utilizar herramientas de gestión propias de asociaciones o colectivos no profesionalizadas. Por pequeño que sea el proyecto, una buena gestión económico-financiera y de recursos humanos es necesaria para asegurar la continuidad y trasparencia del proyecto. Si no se realiza, se corre el riesgo de crear una especia de «chiringuito» de unos pocos amigos.

Los emprendedores sociales pueden y deben ganarse muy bien la vida, igual que los que se dedican al campo empresarial, tecnológico, científico, cultural, etc. Y su remuneración tanto a nivel personal como de beneficios del proyecto tienen que ser óptimas y si pueden ser abundantes mejor. Luego cada uno es libre de hacer con su dinero lo que más convenga, reinvirtiendo, otorgando becas o donándolo todo si es necesario. No confundamos el fin último que es ayudar al prójimo con la gestión óptima de los recursos. Esto último permite poder gestionar bien el proyecto.

Ejemplos de organizaciones que lo hacen bien son las fundaciones y asociaciones americanas por lo general. Han incorporado la figura del Director General, del Director de Comunicación corporativo, y de expertos en Marketing, de Fundraising (de captación de recursos) y Comerciales. Funcionan como si estuviesen cotizando en la misma Bolsa de valores, otorgando mucha trasparencia a todas sus actividades y recursos.

Por contra, tenemos todavía en este país como los principales centros de formación en el tema social, enfocan la misma desde el punto de vista asociativo y enfocado al gasto, con poca atención a la captación de recursos y la gestión profesional de los mismos. Hablan siempre de los programas y su ejecución y poco de management. Por eso, casi el 98% de las asociaciones y fundaciones de este país viven de las subvenciones, donaciones y ayudas.

Desde nuestra plataforma de Emprendedores, hemos creado la ONG Asociación Escuela de Emprendedores. Y nos hemos marcado el objetivo de que todas las aportaciones irán al Fondo Patrimonial de la Asociación, no pudiendo emplearse en cubrir el gasto corriente. Solo se utilizarán sus rendimientos.


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