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El emprendimiento es una de las cosas más bonitas que puede haber en el mundo, ya que puedes volcarte en un proyecto que amas, trabajar de lo que te gusta y construir una vida a tu manera.
Aunque, al mismo tiempo, supone enfrentarse a retos cada día y estar en constante aprendizaje, en especial de todo lo que tiene que ver con el marketing digital.
Sí, cuando eres emprendedor eres tú quien se tiene que buscar la vida para encontrar colaboradores, clientes, dar a conocer tu trabajo y, para ello, uno de los elementos clave es tener tu propia página web.
Pero, ¿cómo puedes hacer una página web que esté bien y dé resultados? Tener una página web no es solo hacer que tu marca esté presente en internet y tener tu propio dominio para que nadie te lo robe. No.
Una página web puede transmitir poca profesionalidad si da la sensación de estar abandonada, si no comunica tus valores o si no consigues transmitir todo aquello que te diferencia de tu competencia.
Por lo tanto, en este artículo te vamos a mostrar algunos de los errores más comunes para que no los cometas cuando crees tu página web o para que, si ya la tienes, los puedas corregir.
Tampoco te puedes perder nuestro post dedicado a consejos esenciales para mejorar tu diseño web.
Errores que no debes cometer en tu página web
Priorizar el diseño por encima de todo
El diseño es muy importante, de eso no cabe duda. Sin embargo, es un error garrafal invertir todo el dinero en el diseño para dejar sorprendido al lector y luego descuidar el contenido. La imagen es importante, pero no lo es todo.
Seguramente habrás visto muchas páginas web con un diseño fascinante. Evidentemente, te llama la atención en cuanto entras, pero pasado un rato sales sin más. Sin comprar ni contratar los servicios.
Como mucho, te habrás guardado algunas de las fotos para ponértelas de fondo de pantalla.
El diseño es el primer elemento para captar la atención de tu público. Pero, una vez captada, se pierde enseguida si no le das motivos para quedarse.
¿Cómo puedes mantener la atención del público una vez entra a tu web? Así de fácil: contándole lo que haces y cómo le puedes ayudar.
Investiga a tu cliente potencial, intenta meterte en su mente para saber lo que necesita y cuéntaselo en los textos de tu página web.
Solo si alineas el diseño con el texto, tendrás un resultado que impresione a primera vista y conquiste cuando se quede un rato leyéndote.
Tener una estructura caótica
Otro de los errores más comunes es tener un montón de pestañas en la parte superior y un sinfín de apartados y subapartados. Recuerda: menos es más.
Lo importante es que tu página web sea intuitiva, fácil de manejar y que el cliente potencial encuentre tus servicios, la información de contacto o lo que quieras contarle de forma rápida.
Si tu página web le transmite una sensación de desorden, pensará que tu negocio es igual de caótico y no colaborará contigo.
Puede que tu página web no tenga nada que ver con tu forma de trabajar, pero es la primera impresión que se va a llevar de ti.
Por lo tanto, más vale mantener el orden en tu página web, igual que si se tratara de tu propia oficina.
De hecho, cuando un emprendedor crea su página web por primera vez, muchas veces es recomendable tener una one page, es decir, una web en la que todo está en una sola página, deslizando hacia abajo.
Es más rápido, tienes que escribir menos y no te lías haciendo diferentes pestañas.
Contar información que no aporta nada
Este es otro de los fallos más comunes que pululan en las páginas web de autónomos e, incluso, de empresas consolidadas.
Estarás harto de encontrarte con textos como este, que no aporta nada: «Somos líderes en el sector». O como este otro: «Tenemos más de 20 años de experiencia». ¿Y qué?
La experiencia puede ser un plus para reforzar tu autoridad, pero lo que tu cliente potencial busca ante todo es saber cómo le vas a ayudar.
Para ello, definir una propuesta de valor que te diferencie de tu competencia es esencial.
Esta propuesta de valor te permitirá explicar qué haces, cómo lo haces, para quién lo haces y por qué eres único.
Aquí tienes un ejemplo de una agencia de traducción ficticia para que lo entiendas (aunque es aplicable a cualquier negocio):
- Qué hace: traducciones del inglés al español de eslóganes y páginas web.
- Cómo lo hace: primero se reúne con el cliente, luego investiga, después traduce, a continuación revisa y, por último, entrega.
- Para quién lo hace: para marcas extranjeras de habla inglesa que quieran abrirse al público español.
- Por qué es única: porque esta agencia está especializada en este sector y tiene una política de devolución del dinero si el cliente no está satisfecho.
Esperamos que este ejemplo te haya sido de ayuda y te haya hecho ver que no hay que querer abarcar a todo el público.
No tener botones de llamada a la acción
¿Alguna vez habías pensado que podrías decirle a tu público de manera directa lo que tú quieres que ellos hagan?
Esto no es manipular, ni ordenar, ni dirigir. Esto, simplemente, es marcarle el camino y ponerles las cosas fáciles. Lo primero de todo: tienes que tener claro es cuál es el objetivo de tu página web:
¿Quieres vender un producto, quieres que te contraten un servicio, quieres que te contacten por teléfono, quieres que te sigan en redes sociales, quieres que se suscriban a tu newsletter…?
También es posible que, dentro de tu web, tengas diferentes objetivos en cada una de las páginas que la componen.
Lo importante es que pongas botones que se vean bien y que indiquen con claridad cuáles son esas opciones que quieres que tu público potencial realice.
No ofrecer una experiencia global
Otro error gravísimo que se comete a menudo es que la página web es un ente aislado del funcionamiento global de la empresa.
Decimos que es un error gravísimo porque, en la actualidad, la experiencia de usuario es uno de los factores más importantes que condicionan a un posible cliente a la hora de convertirse en un cliente real.
Por lo tanto, debemos facilitarle al máximo las cosas. En primer lugar, haciendo de la web algo sencillo e intuitivo con una estructura fácil.
Al mismo tiempo, te tiene que reconocer cuando está fuera de la web. Por ejemplo, conviene que utilices los mismos colores en tus redes sociales o que, cuando hables por teléfono, en persona o por email con un cliente, utilices un vocabulario y unas expresiones que este pueda asociar a lo que ha leído en tu página web.
Es definitiva, debes crear una experiencia única y reconocible para tu público.
Conclusión
Tener una página web requiere tiempo, dedicación y esfuerzo, pero el momento en el que un cliente llama a tu puerta porque le ha gustado tu página web es muy enriquecedor.
Recuerda que una página web no debe pasar por alto el contenido, sino que debe integrar mensajes que estén alineados con los valores de tus clientes potenciales.
Además, debe tener una estructura clara y sencilla, contar información útil, incluir botones para realizar las acciones que te interesen e integrarse en tu estrategia global.
Si sigues todos estos pasos conseguirás que tu web se convierta en un elemento esencial para tu empresa.
Y si lo ves muy complicado o no tienes tiempo, siempre puedes contratar los servicios de un copywriter. Es decir, de un profesional que se encarga de crear los textos de tu página web de forma que te ayuden a cumplir tus objetivos y configuren tu propia identidad verbal.
Lo que cuentas es tan importante como la forma en la que lo cuentas. Y eso es esencial en tu página web.
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