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Es innegable que el emprendimiento se ha consolidado como modelo de trabajo en los últimos años.
No son pocas las personas emprendedoras que ven en el trabajo por cuenta propia una oportunidad para llevar a cabo sus propios negocios y realizarse profesionalmente.
De hecho, el Informe Global Entrepeneurship Monitor (GEM) España 2018-2019 ha puesto de manifiesto que la Tasa de Actividad Emprendedora española (TEA), que mide las iniciativas emprendedoras con menos de 3,5 años de vida en el mercado, ha crecido y ha pasado de un 5,2 % en 2016 a un 6,4 % en la actualidad.
A pesar de que el índice de emprendimiento español sigue por debajo de la media europea (8,7 %), es innegable que el emprendimiento en España va avanzando.
¿Emprender como autónomo o constituir una sociedad?
Si estás pensando en iniciar tu actividad emprendedora, en este artículo te explicamos en qué casos es mejor emprender como autónomo o constituir una sociedad analizando los cuatro ámbitos que debes tener en cuenta a la hora de decidir tu forma jurídica: obligaciones fiscales, inversión inicial, responsabilidad jurídica y gastos habituales.
Obligaciones fiscales: pago de impuestos
Lo primero que hay que tener en cuenta con respecto a las obligaciones fiscales es que, mientras que el IRPF es un impuesto progresivo, el impuesto de sociedades es de tipo fijo.
Esto quiere decir que los tipos de las rentas de las personas físicas cambian en función de la cantidad que el autónomo ingrese.
Por ejemplo, hasta importes de 12.540 euros, a la renta del autónomo se le aplica un tipo del 19 %. Si el importe es mayor, en función de los tramos establecidos, el tipo del impuesto también se incrementa.
Tramos IRPF 2019:
Por lo tanto, es recomendable que, si vas a percibir una cuantía más elevada, constituyas una Sociedad Limitada (S.L.). ¿Dónde suele estar el límite monetario para dar el salto a la S.L.? Sobre los 40.000 o 45.000 euros.
Con respecto al tipo impositivo de las sociedades, los primeros dos años se aplica un tipo reducido del 15 % para sociedades recién constituidas y, a partir del tercer año, se establece el pago del tipo general, que consta de un 25 %.
Inversión inicial
La inversión inicial cambia de manera significativa entre una persona física y una sociedad. Constituir una sociedad conlleva una inversión inicial que para las personas físicas no es necesaria.
Esto es así porque, cuando el emprendedor crea una S.L. o una S.A., tiene que ir al notario (con los gastos de notaría que eso significa) y hacer una aportación al capital social de la sociedad.
En el caso de una S.L., el importe inicial es de 3.000 euros y, en el caso de una Sociedad Anónima, comienza en los 60.000 euros.
Sin embargo, si vas a iniciar tu actividad por cuenta propia como persona física, el único requisito para comenzar es darse de alta en Hacienda y en la Seguridad Social.
Por lo tanto, los gastos iniciales de inversión son más costosos en una sociedad que en una persona física porque, además del pago del notario y el registro mercantil, hay que desembolsar una cantidad mínima de 3.000 euros para el capital social.
No obstante, es importante mencionar que también puedes realizar la aportación del capital social en bienes.
Responsabilidad jurídica
Otro aspecto decisivo que hace decantarse a los emprendedores por persona física o una Sociedad Limitada es la responsabilidad jurídica ante las deudas.
La principal diferencia es que, mientras que en una S.L. y una S.A. la responsabilidad viene limitada a lo que cada socio aporta, las personas físicas responden en caso de deudas con su patrimonio personal y familiar.
Pongamos el caso de que una sociedad ha contraído una deuda con Hacienda. Hacienda, para reclamarla, se dirigirá en primer lugar contra la S.L.
Esto ocurre así debido a que la S.L. tiene personalidad jurídica propia. Solo en el caso de que se les derive la deuda a los socios, estos responderán, siempre en base a la limitación que hayan realizado a la aportación.
Si la deuda la ha contraído una persona física que ha decidido emprender como autónomo, deberá responder ante Hacienda con su propio patrimonio.
Los gastos habituales son mayores en las sociedades
Los gastos habituales para mantener al día la sociedad son más elevados que los de una persona física debido a la existencia de una serie de obligaciones contables y legales anuales que no tienen las personas físicas. Estas obligaciones son:
- Presentación del Impuesto de Sociedades.
- Presentación de libros en el Registro Mercantil.
- Presentación de cuentas anuales.
La confección de estos trámites normalmente conlleva un coste de asesorías debido a su complejidad. Por otro lado, la contabilidad de las sociedades es mucho más extensa y elaborada que la de las personas físicas, que suelen tener una contabilidad más liviana.
¿Qué aconsejamos a los emprendedores que empiezan?
Desde tugesto aconsejan a los emprendedores que inicien su actividad emprendedora como autónomos. Si tras haber constituido tu negocio ves que no va bien y decides cerrarlo, es mucho más sencillo cerrar un negocio como persona física que como sociedad.
Disolver una sociedad es un proceso más costoso, ya no solo de tiempo al tener que presentar balances, ir al notario, presentar el impuesto de disolución o ir al Registro Mercantil, sino también en términos monetarios.
Si queremos cerrar un negocio como persona física es tan simple como darse de baja en Hacienda y en la Seguridad social.
Por todo ello desde tugesto recomiendan que, en primer lugar, los emprendedores se inicien como personas físicas para ver si la actividad funciona bien.
Una vez que constaten que su actividad genera ingresos y vean que esos ingresos ya les hacen plantearse que la diferencia entre persona física y S.L. son significativos, den el paso a montar una Sociedad Limitada.
Si tienes dudas acerca del alta de autónomo, puedes acudir a un Punto PAE como tugesto.com, donde ayudan a cientos de emprendedores con sus proyectos ofreciendo servicios como el alta de autónomo gratuita y el estudio de bonificaciones como la tarifa plana.
Además, aconsejan a los nuevos emprendedores sobre la forma jurídica más adecuada para desarrollar su actividad y les guían asesorándoles sobre sus obligaciones fiscales.
Si tienes pensado abrir un negocio será interesante que sepas si es mejor emprender como autónomo o como sociedad y que tengas en cuenta que el 80 % de los autónomos prefiere trabajar en una oficina y no desde casa.