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María Pérez es una emprendedora de 29 años de edad que comenzó su aventura en el mundo empresarial trabajando desde casa.
Un año después, logró montar su propio estudio de diseño a pie de calle.
A día de hoy, María Pérez, diplomada en Trabajo social, licenciada en Relaciones laborales y recursos humanos y con un máster en Diseño gráfico, es la fundadora y propietaria de Doce Leguas, un estudio de diseño ubicado en la ciudad de Valladolid.
María se considera una persona diferente y asegura que, desde su infancia, su vida ha estado rodeada de pinturas y cuadernos plagados de dibujos.
Su esfuerzo, su trabajo y su constancia le han permitido hacer realidad su sueño emprendedor y ser la creadora de Doce Leguas, un estudio de diseño donde las cosas bonitas son las protagonistas.
¿Te gustaría conocer mejor el trabajo de María Pérez? Entonces no te pierdas la entrevista que le hemos hecho a esta joven emprendedora.
Entrevista a la emprendedora María Pérez, fundadora del estudio de diseño Doce Leguas
¿Qué te llamó la atención de iniciarte como emprendedora? ¿Naciste o te hiciste emprendedora?
Cuando eres emprendedor tienes la posibilidad de llevar a cabo ese proyecto que tantas veces ha rondado por tu cabeza, algo a lo que has ido dando forma poco a poco, has invertido tantas horas e ilusión que la idea de dar a conocerlo ya despierta “mariposas en la tripa”.
El ensayo-error tiene su aquel y probar, buscar cosas nuevas, creo que es algo con lo que se nace. Ser emprendedor es montarte en una montaña rusa de sensaciones, unos días quieres cambiar el mundo y otros días mandarías todo muy lejos.
Nunca hay que dejar aprender, me encanta formarme, estoy continuamente metida en nuevos cursos y aprendizajes.
¿Crees que viven mejor los emprendedores?
Cada persona tiene una visión de qué es “lo mejor”.La palabra emprendedor suena genial, pero es un trabajo muy duro, muchas horas y mucho esfuerzo y sacrificio.
Trabajar de lunes a domingo durante más de doce horas no es nada fácil, renuncias a muchas cosas y a base de esfuerzo y trabajo comienzas a ver resultados, y eso es muy satisfactorio.
Aprendes a vivir el día a día, a asumir responsabilidades que nunca imaginaste y, sobre todo, a resolver problemas tú solo. Es un gran reto pero, al final, trabajar en lo que te gusta es la recompensa. Nadie te va a regalar nada, eso tenlo claro.
Cuando trabajas por cuenta ajena es diferente, tienes más “estabilidad”, un horario más o menos fijo, unas vacaciones… Es otra liga (risas). Amar lo que haces es la clave de todo.
¿Si hubieras podido, habrías empezado antes como emprendedora?
Empecé con 25 años y para mí es una edad perfecta. Conocí el mundo laboral por cuenta ajena, ya que había trabajado para otras empresas y tenía reciente la universidad, el tándem perfecto para meterte en esta vorágine. Con esa edad no tenía grandes responsabilidades por lo que pude dedicar mucho más tiempo.
¿Qué es lo que más valoras de tu nueva vida como emprendedora?
La satisfacción de hacer lo que te gusta, de mostrar tu trabajo al resto del mundo. Eso no se paga con dinero. Ver crecer tu idea es maravilloso, echar la vista atrás y ver que empezaste desde cero en el salón de tu casa sin nada, con un montón de acuarelas, papeles, un ordenador y muchas, muchas ganas.
Además, aprendes a pasos agigantados, tanto a nivel profesional como personal. Valoras todo mucho más.
¿Qué le recomendarías a alguien que se está planteando empezar a emprender?
Que tenga muchas ganas y crea firmemente en su idea, sobre todo eso. Te vas a encontrar muchas piedras en el camino, pero con ganas e ilusión conseguirás lo que te propongas. Nadie te lo va a poner fácil, pero no hay que perder nunca las ganas ni la ilusión.¡Y mucho café! (risas).
Puedes conocer la historia de otros emprendedores a través de esta entrevista a las emprendedoras Marta Odériz y Paula Rubio, cofundadoras de Kubalu Events.