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Conocer la historia de personas que hayan conseguido triunfar puede ser inspirador y muy motivador.
Por eso en esta ocasión queremos hablarte del emprendedor Alberto Moya, cofundador y director de proyectos de Ulbe Group.
Se trata de una consultora especializada en un total de tres sectores, como son el software, el marketing y la empresa, este último centrado en los modelos de negocio y la financiación.
Además, Ulbe Group ha sido la encargada de abrir UG Tech Academy, una academia de programación que ofrecerá su primer curso en lenguaje .NET dirigido a cualquier persona, sepa o no programar.
Si quieres conocer mejor a uno de los creadores de este proyecto no te pierdas esta entrevista al emprendedor Alberto Moya, cofundador y director de proyectos de Ulbe Group.
Entrevista al emprendedor Alberto Moya, cofundador de Ulbe Group
¿Te consideras emprendedor? ¿Naciste o te hiciste emprendedor?
Sí, la verdad es que me considero emprendedor. La pregunta sobre si se nace o se hace, creo que hay de todo. Soy de los que piensan que hay pocas cosas a las que no se pueda llegar.
Otro tema muy diferente es llegar a ser un referente, para eso sí considero que has de nacer.
Para utilizar un símil futbolístico, que creo que es entendible por todos, hay muchos que se hacen futbolistas, pero para ser Messi has de nacer futbolista.
O, por ejemplo, mucha gente puede aprender a escribir, pero para ser Shakespeare has de nacer escritor.
En mi caso creo que se me despertó a muy temprana edad. Cuando iba al colegio, mi casa estaba muy cerca, por lo que cuando llegué a la ESO me empezaron a dejar salir para ir a comer casa.
Era todo un privilegiado, había poca gente que pudiera irse para comer con calma en su casa.
Pues aprovechando que había una tienda de golosinas en el camino, normalmente paraba a comprarme algo.
Esto provocaba un poquito de envidia, así que les propuse a mis amigos que les podía comprar.
Luego empezaron a pedirme más compañeros, así que pensé que podría ayudarles con eso, pero a ellos se lo hacía a cambio de que con lo que sobrara me podía comprar yo las mías.
Era muy complicado que se acertara el precio exacto, así que siempre sobraba algo de dinero. Al final, tenía chuches gratis todos los días.
¿Cuáles son los mayores retos al liderar tu propio proyecto?
Existen diferentes retos. Por un lado, está el reto financiero. Hay muchas más posibilidades que antaño para captar financiación, en eso estamos mejorando mucho, pero todavía nos queda un largo camino para poder llegar a niveles de Reino Unido o de Estados Unidos, por lo que el capital del que dispones es un hándicap que puedes tener.
Otro de los retos contra los que batallas es el enamoramiento que sufres de tu proyecto.
En empresas innovadoras, hay muchos puntos del proyecto que no están claros y, pese a que tienes que tener una constancia para derribar barreras, has de ser capaz de entender que hay veces que hay que pivotar.
Es decir, hacer cambios en el producto para conseguir el encaje dentro del mercado o bien en el modelo de negocio para ser más rentable por ejemplo.
Y lo más duro es darte cuenta de que realmente el proyecto no ha llegado donde debería y que es momento de cerrar.
Para acabar, el reto que más complejo que creo que hay es el equipo. Hay una frase que es muy interesante y reza “Si quieres llegar rápido, ves solo. Si quieres llegar lejos, búscate un equipo”.
Creo que es fundamental encontrar personas en tu equipo que tengan compromiso contigo. Y no solo hablo de socios, sino de todo el equipo.
Encontrar gente que se comprometa contigo es complicado, pero siempre has de entender que, si quieres el mismo compromiso que tú, has de ceder parte de la empresa para que ellos sientan que están construyendo contigo, si no, nunca conseguirás que estén a tu nivel.
Si hubieras podido, ¿habrías empezado antes como emprendedor?
La verdad es que creo que no, de hecho seguramente habría empezado más tarde.
Hay mucha atención mediática para los emprendedores jóvenes que con solo 18 años, por ejemplo, han creado algo.
Pero bajo mi punto de vista, de la misma forma que puede ser una ventaja, puesto que los gastos y responsabilidades que se tienen a esa edad son reducidos y por tanto restas tensión financiera a la empresa, tienes algunas carencias importantes.
A esa edad nunca has trabajado, por lo que no conoces las mecánicas laborales, no conoces muchos de los procesos organizacionales que existen y que son necesarios implantar para que la empresa crezca de forma sostenible.
Hablando coloquialmente, creo que te pueden llegar a faltar tablas para poder realizar la gestión.
Pero, como siempre, esto es generalizar. Como decía antes, el que nace para ser emprendedor lo lleva en la sangre y nace “aprendido”.
Yo, por mi parte, nunca he trabajado en una empresa de otra persona, siempre han sido mis propios proyectos.
Lo más cercano a trabajar para otra persona han sido los trabajos de verano que todo joven ha hecho y las clases que doy, pero que como yo me las gestiono, al final es como si fuera un proyecto propio.
Esto ha provocado que tenga carencias sobre gestión que seguramente habría vivido si hubiera trabajado durante un tiempo en la gran empresa. ¡O al menos eso creo!
Hay muchas veces en las que me hubiera gustado haber trabajado antes de formar mis proyectos.
Otras veces lo pienso bien y creo que no habría durado mucho dependiendo de qué empresa, por lo que me comentan amigos y compañeros.
Pero, respondiéndote, sí, si volviera hacia atrás, trabajaría antes para otros, aprendería los mecanismos de la gran empresa que son aplicables a los proyectos que me interesan y me volvería a lanzar a la aventura de emprender.
¿Qué le recomendarías a alguien que se está planteando empezar a emprender?
Uff, no sé si tengo el nivel suficiente para recomendarles nada. Pero tras diez años intentando crear cosas, sí que hay un consejo que creo que les puede ser útil: no tengas prisa a la hora de aprender, asegúrate de que estás cubriendo una necesidad y rodéate de un equipo que esté igual de comprometido que tú.
Si no consigues lo primero, te frustrarás porque verás que las ventas no arrancan y, si no consigues lo segundo, perderás el ánimo de seguir viendo que estás solo tirando del carro, si se me permite la expresión.
Una vez te lances, ahí sí ten prisa, equivócate rápido y pivota para crear un producto que tenga mercado. Una vez te hayas lanzado a la piscina, recuerda “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
A mí me cuesta, pero hay que entender que es mejor crear un MVP rápido, sacarlo al mercado y validar la idea que no pasarte meses creando algo perfecto, salir y que sea lo que el mercado no está buscando. Dicho esto, si lo sientes, ¡a por ello!
Puedes conocer más historias de emprendedores a través de nuestra entrevista al emprendedor Eduard Corral, cofundador de Buzz.