Se ha acabado el invierno el cuál nos ha traído frío y lluvias que muchos habían ya olvidado. También mucho viento, niebla, días grises y feos. Yo soy amante del sol y de los días largos. También hemos pasado un invierno metidos en una crisis que ha trastocado la sociedad civil. Se veía venir, como también la estación del invierno, pero hay que reconocer que al igual que el frío, ha sobrepasado las expectativas de todos. Llega la primavera, y parece que se está tocando fondo. Los emprendedores son los que están sacando este país del atolladero ya que los políticos no se enteran y están haciéndolo tan mal como pueden.
Llega la primavera, la estación preferida para los emprendedores. Es el período de la efervescencia, de la energía que brota por la sangre de los emprendedores y promotores de proyectos. Es un caudal de entusiasmo y alegría que traducido en decisiones constantes provocan el delirio de muchos y el contagio a otros.
En esta época del año se materializan las grandes decisiones del año. Es fruto de la fortaleza que otorga la seguridad y autoestima en muchos. Los demás se lo siguen pensando pero los emprendedores aprovechan el momento para decidir, para acomenter los grandes retos a plantear el resto del año.
Y en este período de tiempo florecen las oportunidades, aquellas que muchas veces no se acaban de ver, percibir, evaluar, y que sin embargo en este momento se acomenten en el pensamiento. Ha llegado el momento de darle viabilidad a tu proyecto. No te pares, ya no hay alternativa a tu forma de vida. Cualquiera de los pensamientos que tengas van siempre en la misma dirección. NO es cuestión de dinero, sino de que seas feliz, de que tienes que hacer aquello que deseas y amas.
Así que aprovecha el momento. Lánzate y verás que es más fácil de lo que te han dicho.