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Robert Bonada es el fundador y CEO de Samplia, una empresa centrada en la creación y desarrollo de estrategias de testeo de producto que ha revolucionado el mundo del marketing gracias a una app que permite evaluar diferentes productos disponibles en máquinas de vending, directamente a través de dispositivos móviles.
Su pasión por el mundo del marketing, especialmente del marketing orientado al consumidor, le ha llevado a compaginar la creación de Samplia, nacida en septiembre de 2014, con su trabajo como director de cuentas de gran consumo en Publifilms, donde Robert Bonada ha desarrollado su carrera profesional los últimos diez años con empresas como Pepsico, Johnson&Johnson, Gallina Blanca o Schweppes, entre otras.
Robert Bonada es licenciado en Publicidad y Relaciones públicas por la Universidad Ramón Llull y en Comercio Internacional por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Además, posee un título como Product Manager de ESIC.
Entrevista a Robert Bonada, fundador y CEO de Samplia
¿Qué te llamó la atención de iniciarte como emprendedor? ¿Naciste o te hiciste emprendedor?
Convertirse en emprendedor realmente forma parte de un proceso doble. Por un lado hay que tener una clase de vocación, una inquietud a la hora de ver lo que nos rodea y de buscar oportunidades de mejorarlo o hacerlo de otra manera. Es una clase muy especial de observación, a lo mejor se podría hablar de “curiosidad práctica”.
Por otro lado la vida está llena de experiencias que nos moldean. Creo que solo se puede llegar a emprender cuando se ha pasado por una serie de vivencias, la edad a la que se empieza depende de la persona, pero hay que tener un bagage. En mi caso Samplia es realmente una ilusión cumplida y es una gran satisfacción saber que nuestros clientes están contentos y ver que somos capaces de seguir innovando.
¿Crees que viven mejor los emprendedores?
Sí y no. Creo que viven mejor porque se dedican a cumplir sus propios sueños y peor porque verlos cumplidos requiere un gran sacrificio; son necesarios mucha energía y el don de no desanimarse nunca.
También es verdad que emprende no solo quien es “emprendedor”, sino cualquiera que inicia un proyecto propio o lucha por ver cumplido un objetivo, no es necesario fundar una empresa. El fracaso no existe, existen lecciones y puertas que se abren por la que se cierra.
¿Si hubieras podido, habrías empezado antes como emprendedor?
Sinceramente, no. Empecé muy joven, con 24 años, y sin la experiencia que tenía en ese momento no me hubiera sido posible sacar el proyecto adelante.
De nuevo, la edad depende de la persona, pero todos necesitamos un “rodaje”, una acumulación de trabajo y experiencia para reunir lo que los americanos llaman “know how”, saber hacer, y cierta madurez para poder reaccionar a la frustración con esfuerzo y entusiasmo.
¿Qué es lo que más valoras de tu nueva vida como emprendedor?
El poder ver ese proyecto, que al principio no es más que un sueño, tomar cuerpo y convertirse en realidad. Ver Samplia crecer cada día, poder implantar nuevas ideas y mejoras y superar los retos que van surgiendo es una gran fuente de inspiración.
Ahora, no creo que sea algo exclusivo de los “emprendedores” empresarios, hay tantos sueños distintos como personas y cualquiera que se esfuerza por conseguir algo y lo consigue experimenta una satisfacción similar.
¿Qué le recomendarías a alguien que se está planteando empezar a emprender?
Que no se desanime nunca y que mantenga la cabeza fría. Para emprender es necesario conocer el sector y estar seguros de que nuestro proyecto realmente tiene valor, bien por innovador o porque plantea nuevas posibilidades o una manera novedosa de hacer las cosas.
Aun así, hay que saber que a pesar de que tener un buen plan y todo muy estudiado, hay un elemento de riesgo. Nadie sabe qué va a funcionar antes de que empiece a funcionar, por eso un emprendedor tiene que ser, ante todo, un soñador.