Informes y estadísticas con datos y cifras totalmente opuestas entre sí, mensajes contradictorios y, sobre todo, incertidumbre. Es lo que se respira entre los profesionales del sector inmobiliario, según explica el consultor Eduardo Molet. “Que estamos ante una crisis, es innegable, pero mesurar su magnitud es, en estos momentos, prácticamente imposible”.
Por un lado, muchos anticipan un desplome del precio (un 10% ese año) y las operaciones de compraventa, con una recuperación lenta y en un horizonte lejano, 2023. Por otro, hay expertos que aseguran que la evolución no está siendo tan negativa como se esperaba al comienzo de la pandemia. En este sentido, aseguran que el alquiler lo está notando más, con caídas importantes en grandes ciudades como consecuencia del desplome del turismo, pero las ventas y precios se mantienen más o menos estables a pesar de las circunstancias.
Todos están en lo cierto, explica Molet, y esto es posible porque “los cambios en el mercado inmobiliario son lentos, los precios no suben ni bajan drásticamente de un mes para otro, y la última crisis económica evidenció esto: se acumularon caídas durante años, y aunque ya se había salido de la crisis, la vivienda aún estaba recuperándose cuando se declaró la pandemia”. No obstante, advierte, “las contradicciones no ayudan a la confianza de potenciales compradores e inversores, y pueden ser tan dañinas como las circunstancias económicas actuales”.
La incertidumbre domina el mercado
Mientras dure la crisis, los precios caerán una media del 1% cada mes. Esta es la previsión que hace Eduardo Molet. “No parece extremadamente grave, pero si la pandemia y la actividad económica actual se mantiene durante dos años, se acumulará un desplome en el precio del 20%, y esto son palabras mayores”. Lo único seguro, aclara el consultor, es que hay mucha incertidumbre, sobre todo económica. “Por ejemplo, ¿qué pasará en Madrid estas semanas? ¿Se quedará la gente en casa? ¿Se podrá consumir o trabajar? ¿Estará confinada o no? Cómo vamos a saber cuál será el comportamiento del mercado inmobiliario si ni siquiera sabemos cómo evoluciona el virus. Estamos antes una crisis a todos los niveles, social, económico y político. Tengo décadas de experiencia en el sector, y nunca habíamos vivido con tanta incertidumbre”.
La inversión huye; la costa y el mundo rural aguantan
Algunos expertos del sector aseguran que el lujo y la gente que teletrabaja y huye de la ciudad para no estar confinada, están salvando las compraventas en zonas más típicas de segunda residencia y vacacionales, como la costa, pero la realidad, opina Molet, es que los inversores han huido. “El dinero es muy miedoso y se ha quedado en los bancos, en activos con máxima liquidez, y está esperando a que pase la incertidumbre”.
Los fondos de inversión extranjeros, principalmente ingleses, franceses, americanos y alemanes ya no tienen como objetivo invertir en vivienda en España, asegura el consultor. La compra de vivienda por los extranjeros, que antes era el 18 % de las compraventas, se ha reducido a menos de la mitad, con una caída del 64%. “También creo que, si sale pronto una vacuna segura, la inversión en vivienda rebotaría fuerte a corto y medio plazo”. También es cierto que, con el miedo al confinamiento y el teletrabajo, la gente se está trasladando a poblaciones veraniegas, incluso rurales, pero no están salvando todas las pérdidas que acumula el sector en su conjunto. En el centro de las ciudades, los bajos con jardín y áticos en el centro mantienen sus niveles de demanda, pero el resto de productos y zonas, no.