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La compañía Sigma Biotech se ha convertido en una empresa experta en el diseño y el desarrollo de nuevos productos agroalimentarios y cosméticos.
Unos artículos que ven la luz gracias a los procesos de innovación por los que apuesta la entidad y a su equipo técnico, compuesto por tecnólogos de alimentos, técnicos alimentarios de laboratorio, nutricionistas e ingenieros industriales y químicos.
Gracias a ellos y a su amplia experiencia en el campo de la I+D+i agroalimentaria y cosmética, Sigma Biotech ha podido transformarse en una compañía líder en el diseño y el desarrollo de productos agroalimentarios y cosméticos.
Las propuestas pertenecientes al sector de las nuevas tecnologías tienen cada vez más éxito y, por ello, en esta ocasión hemos entrevistado a Marta González, empresaria, emprendedora y gerente de Sigma Biotech.
Entrevista a la emprendedora Marta González, gerente de Sigma Biotech
¿Qué te llamó la atención de iniciarte como emprendedora? ¿Naciste o te hiciste emprendedora?
Si bien es cierto que ser empresaria nunca ha estado en mi horizonte de metas a alcanzar, siempre he sabido que quería liderar equipos de trabajo a nivel técnico y buscaba la oportunidad de desempeñarlo bajo una forma de hacer diferente a lo que había encontrado a lo largo de mi trayectoria profesional.
Disponer de una buena posición laboral por cuenta ajena que me permitiera desempeñar mis aptitudes profesionales y personales fue durante años mi alternativa ideal, sin detenerme a valorar, ni siquiera por asomo, la opción de emprender mi propio proyecto empresarial. Sin embargo, a día de hoy tengo que reconocer que ha sido y sigue siendo la mejor experiencia de mi vida.
¿Crees que viven mejor los emprendedores?
Como todo en la vida, cada situación tiene sus pros y sus contras, por lo que este caso no es diferente. Lo que creo es que la actitud de emprendedora es precisamente eso, una ACTITUD y por tanto no puede separarse.
La diferencia es el salto del mundo del emprendedor al empresarial y es cierto que es un tipo de vida complicado, pero cada día me reafirmo en la decisión tomada porque, en términos generales, lo positivo compensa con creces lo negativo.
¿Si hubieras podido, habrías empezado antes como emprendedora?
El inicio de mi camino emprendedor lo desencadenó una situación tan comprometida como la que se han encontrado otras muchas personas: el cierre de la empresa para la que trabajaba.
Esto supuso evaluar detenidamente la situación y las múltiples variables posibles hasta tomar la determinación de dar el paso e iniciar ese gran cambio que nunca soñé, pero del que no me arrepiento en ningún momento.
Estoy convencida que de haber empezado antes o después el resultado hubiera sido muy distinto, por lo que considero que el tren pasó en el momento oportuno de madurez personal y profesional para mí.
¿Qué es lo que más valoras de tu nueva vida como emprendedora?
Inicialmente tenía mucho miedo a salir de mi zona de confort, de afrontar todos los retos que había planteado, me asustaba comprometerme con algo tan personal, pero a la vez tan desconocido.
Sin embargo, poder tomar mis propias decisiones, aportar un punto de vista distinto al sector y en general poder desempeñar el trabajo diario bajo mi propio criterio, es lo que más valoro sin duda, ya que dedicarte a lo que te apasiona es fundamental para sentirte realizado y dar lo mejor de ti en cada momento. Además de, por supuesto, lo mucho que se valora y disfruta cada pequeño paso que se consigue en el día a día.
¿Qué le recomendarías a alguien que se está planteando empezar a emprender?
La constancia. A pesar de lo difícil que pueda resultar alcanzar nuestros objetivos, los emprendedores y los empresarios nunca desistimos en el intento, y siempre nos empeñamos en alcanzar aquello que nos proponemos.
Si tuviera que destacar la mayor lección de esta andadura profesional, sería que, si realmente quieres hacer algo, puedes. Que todo lo demás son excusas, que somos dueños de nuestra vida y de lo que realmente queremos ser, que no es aceptable lamentarse sino hacer, aunque puedas equivocarte.
Es por ello que, si tú no crees en ti mismo y en lo que haces, difícilmente lo harán otros.
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