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En una sociedad donde no se respetan los contratos, no se podrá avanzar en temas como el respeto, honestidad, educación. Y como tal, el progreso quedará mermado y socavado.
En países avanzados como en el norte de Europa, Estados Unidos, Japón, la ley tiende a cumplirse en el marco regulatorio de las empresas. Las mismas se relacionan entre ellas y establecen acuerdos que quedan plasmados en contratos (ya sean formales o por via email). Y las facturas se pagan. En nuestro país, no siempre es así.
He aquí una importante oportunidad en nuestro país para resolver uno de los mayores problemas de las pequeñas empresas y de los emprendedores: Poder cobrar todas las facturas emitidas.
El actual sistema es de risa. Si alguien no quiere pagar, simplemente no paga y cobrar se queda en un terreno que nadie conoce el mecanismo para poder ayudar a la empresa que se ha quedado sin cobrar. Las empresas que se dedican a la gestión de cobro entre empresas no suelen tener efectividad y no aportan una solución válida.
La figura legal del monitorio tampoco lo resuelve. El proceso monitorio es un procedimiento especial que tiene por objeto la resolución rápida de conflictos jurídicos en los que no existe contradicción. Nació para combatir los problemas de impagados que se producen en un elevado porcentaje de transacciones comerciales.
La teoría establecía un proceso útil para los pequeños y medianos empresarios, así como para todos los profesionales que necesitaban disponer de un mecanismo rápido y sencillo para el cobro de sus deudas.
Una ventaja añadida de este tipo de procedimiento es que la petición inicial que se dirige al Juzgado no requiere la intervención de abogado ni procurador, lo que redunda en un ahorro de costes para el acreedor.
Pero a la hora de la verdad, los monitorios no se han erigido en una herramienta eficaz para el cobro de facturas para las pequeñas empresas y emprendedores.
Monta una empresa de cobro de morosos al estilo americano
Una oportunidad es la de crear un nuevo modelo basado en el propio sistema legal. Leyendo a autores como John Grisham, uno percibe que el propio sistema permite la utilización de mecanismos legales que sean más efectivos.
Son los mismos procedimientos que hacen las empresas más poderosas, las más grandes, para pagar menos impuestos, exigir el cobro de sus facturas y beneficiarse de todas las exenciones y desgravaciones posibles. Los ricos, o personas con fortunas, los utilizan para pagar menos dentro de una legalidad que está dominada por bufetes de abogados potentes y reconocidos.
Se trata entonces de encontrar el procedimiento legal que ayude a las pequeñas empresas a cobrar sus facturas. Sea la via penal, la civil o mercantil, tiene que haber una manera de proteger al emprendedor a poder cobrar lo que le pertenece por su facturación.
En Estados Unidos se cobra todo y aquel que se niega a pagar aparece en listados de delincuentes que posteriormente se utilizan a nivel informativo por inversores, universidades, agencias de rating, oficinas de Inmigración para el tema de VISADOS, proveedores, Credit Report Agencies, e instituciones en general.
Quién se preste a indagar y encontrar este mecanismo tendrá la posibilidad de crear una empresa que solucionará un grave problema de las pequeñas empresas y emprendedores. Empieza por leer libros sobre abogados y empresas y pronto estarás en la senda de dar con la solución.