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Ser un empresario es difícil, y liderar una empresa propia es un desafío al que muchos emprendedores novatos se enfrentan sin apenas entrenamiento.
Sin embargo, el gran liderazgo comienza reconociendo que no tienes todas las respuestas, todo el tiempo. Los fundadores y los directores ejecutivos tienen tantas probabilidades de caer en malos hábitos como cualquier otra persona dentro de una organización.
Desafortunadamente, cuando todos los ojos están puestos en ti es crucial reconocer tus pasos en falso y corregirlos lo antes posible.
Según los resultados de una encuesta realizada por la compañía de servicios StarOfService entre sus asesores de empresas, estos son los cuatro errores de liderazgo más frecuentes que los emprendedores novatos suelen cometer. Descubre cómo pueden evitarse.
No construir una cultura corporativa identificatoria
La cultura corporativa puede (y debe) ser construida, no sucede por sí misma. Como líder, depende de ti establecer el tono del entorno de trabajo y asegurarte de que se entiendan y acepten los valores básicos de tu empresa de parte de cada miembro de tu equipo.
La cultura lo es todo, desde la disposición de las estaciones de trabajo hasta el código de vestimenta y el énfasis puesto en la innovación, el trabajo en equipo y el juego.
La felicidad en el lugar de trabajo está más directamente ligada a factores intangibles y culturales que al trabajo diario que se realiza.
Un empleado que se sienta apreciado se sentirá cinco veces más motivado para hacer un gran trabajo que alguien que recibe un aumento.
Por lo tanto, si no sabes por dónde comenzar, haz que el reconocimiento sea una parte central de la cultura de tu empresa.
Esperar demasiado de tus empleados
A veces el problema con un nuevo empleado no es que no sea el adecuado para el trabajo, sino que tú, como líder, estás esperando demasiado de esa persona demasiado pronto. Incluso los empleados prometedores pueden fracasar si no se les dan las herramientas adecuadas.
Tómate el tiempo necesario para entrenar a fondo a los miembros de tu equipo antes de dejar las responsabilidades completamente en sus manos y evitar así que se abrumen y te decepcionen.
No delegar
Los líderes a quienes les gustan las cosas hechas de una manera específica tienden a pensar que son los únicos que saben cómo hacer ciertas tareas.
Con un cronograma completo y una lista tremenda de tareas pendientes, los jefes con la imposibilidad de delegar pueden quedarse sin tiempo para completar las tareas realmente importantes.
Lo más importante que puedes hacer como líder es conocerte a ti mismo y tu estilo de liderazgo. Si te sientes abrumado, pregúntate si es por una incapacidad de delegar.
¿Podrías haber involucrado a otros? ¿Deberías haber estado pidiendo a tu equipo que hiciera algo o resolviera un problema, pero no lo hiciste?
Puede ser difícil para los líderes pedir ayuda a otros, especialmente cuando se trata de evaluar sus propios desafíos, pero delegar en colegas de confianza no solo ayuda a construir la moral de tu equipo, sino que también te quita algunas responsabilidades.
No brindar una oportunidad para la educación externa
Un equipo no puede crecer si sus miembros individuales se estabilizan una vez que entran en sus muros. El sistema educativo actual no prepara adecuadamente a los graduados para lo que realmente es la vida laboral, por lo que tus nuevos empleados corren el riesgo constante de sentirse abrumados.
Busca recursos que complementen su capacitación en el trabajo y ofrece hacerte cargo de parte del coste. Si piensas a largo plazo, habrá valido la pena.
No solo debes alentar a tus empleados a continuar su formación y a actualizar las herramientas que utilizan, sino que además debes exigir lo mismo de ti: el éxito es una búsqueda interminable y siempre cambiante y debes entender y abrazar la idea de que no lo sabes todo.