Escrito por Nacho Sánchez. Hace justo un año que decidí dar el salto y abandonar el mundo de la gran empresa para montarte por mi cuenta y empezar un nuevo proyecto en solitario. He estado toda mi vida trabajando por cuenta ajena en multinacionales y durante todo este tiempo siempre he pensado que era un hombre de empresa. Pero que equivocado estaba. Desde que soy emprendedor me he dado cuenta que el valor y la grandeza de todo mi trabajo era yo mismo.
Durante mi vida laboral en el mundo comercial he cosechado éxitos en ventas, consecución de objetivos y triunfos profesionales que me han incentivado a continuar en el mundo de la empresa. Siempre he pensado que he tenido suerte con los productos y servicios que he representado pero ahora que soy emprendedor me he dado cuenta que el gran valor lo proporcionaba mi fuerza y creencia comercial.
El descubrimiento fue del todo casual y fue fruto de la meditación interna que me atosigaba en los últimos meses antes de tomar la decisión de ser emprendedor. Trabajaba para una empresa que comercializa publicidad y en una visita comercial a un nuevo cliente se me ocurrió cambiar el nombre de la empresa por uno ficticio. Cuál fue mi sorpresa que el cliente aceptó y decidió comprar el servicio. En ese momento me di cuenta que el valor era yo y no el producto.
Te invito a que hagas lo mismo, visita a un nuevo cliente, utiliza los mismos argumentos comerciales, cambia el nombre de tu empresa por otro ficticio y si vendes la conclusión es clara: te ha llegado el momento de ser emprendedor