Alquilar oficina o espacio coworking: ¿qué es mejor?


Las metodologías de trabajo se han visto fuertemente alteradas como consecuencia del proceso de transformación digital global. La ruptura de las restricciones convencionales ha dado paso a un contexto más propicio para el emprendimiento y, en general, los perfiles profesionales autónomos y creativos se han multiplicado. Hoy encontramos dinámicas colaborativas mixtas en las que el teletrabajo se fusiona con las reuniones presenciales. Los espacios de trabajo reflejan una realidad que si por algo destaca es por la presencia de soluciones diversificadas, versátiles y cada vez más flexibles.

A continuación, analizamos cuáles son las alternativas más demandadas: coworking, alquiler de oficinas convencionales y centros de negocios. ¿Cuáles son sus rasgos y cuál es la mejor opción? ¡Toma nota!

Alquiler de oficina y acceso a centros de negocios

El alquiler de despacho es la alternativa más convencional. Se basa en un contrato de arrendamiento a partir del cual un profesional puede acceder a una oficina individual sin limitaciones horarias y durante un período de tiempo determinado que, en general, suele ser de un año. Hablamos de espacios independientes preparados única y exclusivamente para responder a las necesidades individuales del profesional o de la empresa.

En general, es una alternativa relativamente cara, especialmente si hablamos de zonas céntricas. El alquiler de una oficina compartida con otra empresa o profesional puede constituir una solución más asequible, ya que ayuda a reducir gastos, aunque no es la práctica más habitual.

Recurrir a un centro de negocios se ha convertido en una opción bastante popular a lo largo de la última década. En general, suele recurrirse a ella con dos objetivos. Por un lado, domiciliar empresas y, por otro, alquilar despachos de gama profesional, así como otros espacios específicos tales como salas de juntas. La contratación de estas modalidades implica el acceso a servicios complementarios como, por ejemplo, el acceso a salas de eventos, atención profesional de llamadas telefónicas o recepción.

Entre sus puntos fuertes, podemos destacar que, a diferencia de lo que ocurre con el alquiler de oficinas individuales, su cuota mensual incluye costes asociados en concepto de electricidad, Internet, equipamiento o servicio de limpieza. No obstante, en ambas modalidades nos encontramos ante un punto débil y es que son espacios que no están diseñados para estimular las relaciones entre diferentes empresas. Son entornos separados e independientes en los que el surgimiento de sinergias colaborativas o la generación de relaciones estratégicas es algo bastante poco probable.

Coworking

Es la propuesta más flexible y dinámica que podemos encontrar en el mercado. El espacio coworking constituye una solución perfecta para los emprendedores que están dando sus primeros pasos con sus negocios. Sus tarifas son bastante más reducidas gracias a planes de contratación de puestos de trabajo fijos o durante horas puntuales en espacios compartidos.

Su principal factor diferencial es que se trata de ambientes abiertos que contribuyen a facilitar las relaciones de colaboración entre emprendedores. Además, dentro de los centros de coworking es bastante habitual encontrar una interesante oferta de actividades formativas y eventos para propiciar el crecimiento profesional entre personas que pertenecen a diferentes disciplinas.

Contratar un coworking conlleva interesantes oportunidades de ahorro porque en una única cuota se incluyen servicios adicionales como el acceso a Internet, la disposición de líneas telefónicas, la domiciliación de empresas así como la organización de eventos, programas formativos y reuniones. Los centros de coworking suelen ubicarse en entornos urbanos céntricos que favorecen las relaciones y que, incluso en muchos casos, pueden contar con sedes en el extranjero abiertas a clientes que hagan desplazamientos a otros países por cuestiones de negocios.

Los coworking han experimentado un gran crecimiento debido a que proporcionan una imagen profesional a los profesionales y emprendedores más neófitos, al tiempo que proporcionan la suficiente flexibilidad para compaginar el teletrabajo con los eventos y reuniones que requieren de desplazamientos a contextos más formales.

¿Alquilar una oficina, optar por un centro de negocios o contratar un servicio de coworking?

En realidad, optar por una opción u otra depende del tipo de actividad que desarrollemos así como nuestro grado de posicionamiento dentro del mercado. Aquellos perfiles que poseen mayor consolidación quizá encuentren más ventajas en el alquiler de espacios individuales. No obstante, aquellos profesionales que cuentan con un perfil más creativo y dinámico pueden sentirse especialmente atraídos por las metodologías implícitas que ofrecen los espacios de coworking.


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