James es de aquellos que ha hecho fácil lo que muchos han soñado. Primero emprende, luego consolida su negocio, más tarde vende su empresa y decide tomarse unos meses sabáticos. Acaba de emprender un viaje de 4 años con destino Australia para empezar nuevamente a emprender. Pocos emprendedores españoles son como James pero algo está cambiando porque pronto veremos historias como esta.
James es inglés, y es allí donde realizó el sueño de muchos. Emprendió con un proyecto propio dedicado a la venta de artículos para minusvalías en hospitales y centros de atención médica. Empezó jóven pero con mucha fuerza, aquella que caracteriza a todo emprendedor cuando comienza y que está dispuesto a comerse el mundo. No era la primera vez, de hecho nos cuenta James que era su segundo proyecto empresarial que comenzaba desde la nada. En el primero lo perdió todo. Pero se rehizo, volvió a ahorrar y lo volvió a intentar. Y los dos proyectos contaron con prácticamente nada de capital, apenas unos 25 mil de euros para comprar los primeros artículos y así dotarse de una pequeña tienda en internet para un segmento concreto.
La idea de montarse una tienda en Internet ya la hemos comentado varias veces. Se necesita más bien poco para comenzar. Fuerza, decisión, empeño, un poco de talento y ganas de hacerlo bien y de servir a los demás. Lo importante es escoger un nicho y complementar la tarea de comercio electrónico con una actividad comercial frenética en forma de acuerdos de negocio (business development) con terceros, con prescriptores, con todos aquellos que puedan dar cobertura mediática y comercial a las tareas de la empresa.
Y es así como lo hizo James. Hoy está en Barcelona, en el Port Olimpic y haciendo escala en su viaje a Australia. Estará en la ciudad condal unos dos meses, lo suficiente para saborearla, disfrutarla y gozarla.
¿Cuántos james conocéis? Yo más bien pocos. Y eso es porque en este país los que triunfan como él parece que se tienen que esconder. Lo primero que se piensa en un emprendedor triunfador es que ha tenido suerte, o es que ya ha heredado un proyecto de la familia, o incluso piensa incrédulamente que ha robado o estafado. Y este es el principal problema de este país, que no apoyamos socialmente a los emprendedores. Ellos son los nuevos gladiadores de esta década, y tenemos que admirarlos y loarlos.
Son ellos los principales dinamizadores de la economía con sus proyectos e innovaciones. Desde la familia a los amigos, si tienes un conocido emprendedor, dile lo mucho que vale, lo bien que lo está haciendo porque todo intento en la dirección de emprender ya es un triunfo.
Los que trabajan por cuenta ajena son meros espectadores y por lo menos hay que exigirles que apoyen a los que se la juegan. En estos tiempos de hoy, no es nada fácil.
Mientras, muchos como James en los países anglosanjones están emprendiendo, venderán sus empresas y los volveremos a ver cursando los mares y emulando a los nuevos piratas del siglo 21.