Me cuentan la historia de un emprendedor que se encuentra enfadado, cabreado, hastiado, y desmoralizado con este país, el que vive y en el que intenta triunfar con su proyecto emprendedor al mas puro estilo de Silicon Valley.
Resulta que a nuestro emprendedor, llamémosle BILL (no vaya a ser que encima le cobren más comisiones y lo expulsen de estas entidades de crédito), la banca no lo quiere financiar.
Acaba de crear su proyecto tecnológico y le va de fábula, con 7 meses y desde su inicio generando un beneficio antes de impuestos de no menos de 30.000 euros al mes.
Ha generado ya 10 puestos de trabajo y se encuentra en el campo de las nuevas tecnologías y el medio ambiente. Y entre sus clientes se encuentran empresas e instituciones.
Quiere crecer porque tiene demanda de su servicio y podría multiplicarse por 100 en un espacio corto de tiempo. Pero la banca no lo quiere financiar. Tampoco los business angels y capital riesgo.
Los primeros porque se excusan en que la empresa solo tiene 7 meses y no tiene un año completo de resultados económicos.
Pero el principal problema es que los que analizan la operación no tienen el nivel adecuado o posiblemente el poder y formación para este tipo de operaciones.
Solo quieren pequeñas operaciones, y financiar una empresa tecnológica por valor de 750.000€ no lo ven solvente y si con mucho riesgo.
Un monto crediticio que financiado a 12 años sale una cuota de apenas 6.000€ mensuales y que la empresa puede acometer tranquilamente.
Los segundos, los business angels y redes de capital riesgo si quieren financiar al emprendedor pero con la intención de quedarse la empresa. Le dan los fondos pero quieren una participación mayoritaria.
El core business de la banca es mayoritariamente financiar a particulares, autónomos, empresas e instituciones.
Lo de cobrar comisiones se ha erigido actualmente como alternativa y negocio principal de la banca al no acometer la debida función por la que fueron creados los bancos.
¿Y qué puede hacer nuestro emprendedor? Pues no lo tiene fácil porque puede perder la oportunidad de levantar un proyecto bonito y exitoso en este país, pero no lo dejan. Posiblemente en Silicon Valley ya estaría en marcha y con los fondos necesarios.
Quizás se tiene que ir allí pero perderemos a un grandísimo emprendedor y varios cientos de puestos de trabajo.
Señores banqueros, añadan el coraje y valentía a los criterios de prudencia y este país les sorprenderá con proyectos viables y estupendos liderados por emprendedores bien formados.
Si no lo hacen, solo se puede crecer de forma orgánica y si a esto le añadimos las mermas de las dificultades de un país burocrático y con tasas impositivas elevadas, el resultado es que apenas tenemos empresitas y negocios que permiten sobrevivir a los emprendedores.