El Emprendedor que lleva dos años sin poder aceptar un nuevo cliente


Bonita historia la que explicamos aquí hoy y que queremos que sirva de inspiración a más emprendedores:

Hola, me llamo André W. Klein, y como se podría deducir de mi apellido, soy alemán, con nombre francés y viviendo en España. ¿Cómo he llegado hasta aquí?… El amor…. Había conocido a mi pareja española en las vacaciones,  y  seguimos viéndonos durante más de dos años, pero el amor tiraba cada día más fuerte, y había que buscar otra solución.

Vine a España en a finales del 1992, justo para vivir mi primera crisis económica en España, que tenía su claro reflejo en el número de anuncios de empleo en la sección de empleos de EL PAÍS, que bajaron rápidamente de más de 30 a unos miserables 2 páginas. Era informático, un mundo en auge, y no pensaba rendirme tan fácilmente. En aquel entonces, todavía no se enviaban los currículos vía email, de forma masiva a todo el mundo y los portales de búsqueda de empleo no existían, o estaban en su infancia en España.  Había que escribir una carta personalizada, fotocopiar el CV, pegar la foto, juntarlo todo en una carpeta con “clase”, meterlo en el sobre, poner la dirección y remitente, y finalmente llevarlo a correos. En mi caso fueron exactamente 242 envíos durante unos 6 meses. Lo sé, porque llevaba un registro para anotar el estatus de cada envío. No había hecho falta molestarme, porque sólo cuatro me enviaron un acuse de recibo y de dos de ellos recibí más tarde la carta lamentando no poder contar con mis servicios; vaya, más lo lamentaba yo.

Dirá, ¿porque ha dejado todo y ha venido sin asegurarse el empleo? La verdad, fue un poco ingenuo por mi parte, pero lo había probado primero desde Alemania durante unos meses, y al no recibir ninguna respuesta, deduje que las empresas no se complican la vida invitando a uno desde lejos, teniendo a gente más a mano. Conclusión… si quería tener opciones, debía de estar más cerca. Dejé el trabajo y casa, hice las maletas y me vine a España. Acordamos de probarlo durante 6 meses, y si no tenía éxito volvería a buscar en Alemania.

Bueno, después de 6 meses, España seguía de capa caída y yo no menos. Envíe mis primeros dos CVs a Alemania, y a los tres días me llaman por la mañana temprano, hablándome en inglés. ¡Vaya!, hacia más de 6 años que no había hablado ni una sola palabra en inglés, y al parecer se dieron cuenta, porque se disculparon por haberme “sacado de la cama”  y ofrecieron a llamarme más tarde. ¡Qué alivio!, aproveche el tiempo, como loco, para apuntar y practicar posibles preguntas y respuestas. Cuando me llamaron de nuevo pasé la entrevista, sin pena ni gloria, y me invitaron a Londres para conocerme personalmente. Era una empresa multinacional y desde Inglaterra estaban contratando para Europa, en mi caso para Alemania. Le pregunté si había también opciones en España, y resultó que acababan de abrir la oficina.

Resumiendo; hice tres entrevistas, una en cada idioma; inglés, alemán y español, y por la tarde ya tenía mi contrato firmado para empezar en España. ¡La de vueltas que da la vida! Enviando 242 CV’s en España no había conseguido ni siquiera una entrevista, pero el primero envío a Alemania me abre las puertas para forjar mi futuro en España.

A partir de este día, iba progresando profesionalmente en España, durante los siguientes 13 años, en  empresas multinacionales desde programador a consultor señor, manager de proyectos, equipos y departamentos técnicos. Todo iba sobre ruedas, hasta que en el 2006 una reorganización hizo que mi puesto fuese trasladado a otro país, y yo me encontraba buscando empleo.

Me pasó, lo que están experimentando muchos de mi generación que rondan los 50 años; las empresas suelen contratar a gente más joven, o me ofrecían sueldos MUY por debajo de lo que había ganando antes.

Al ver el panorama, decidí montar mi propio negocio, y para ello invertí en una franquicia de servicios Web más de 70.000 Euros. Pero pronto vi, que el modelo de negocio de la franquicia no funcionaba en España, y los precios de los servicios que se podían subcontratar a través de la franquicia me dejaban fuera, porque mis ofertas no eran competitivas. De hecho, malviven o fracasaron la gran mayoría de los franquiciados en España.

Por ello, decidí reorientar el negocio hacía la consultoría de Marketing en Internet; y acerté. Con Internet-Marketing-Madrid.es sólo tuve problemas de arranque durante el primer año, pero a partir de ahí, ya no he tenido que buscar clientes, porque todos me llegan por recomendación, y tengo más trabajo de lo que puedo abarcar.

De hecho, si visita mi web, verá un anuncio indicando que no puedo aceptar nuevos clientes; y llevo más de 2 años así. Mi web, por cierto, necesitaría una renovación, por su diseño pobre y anticuado, y además no está ni bien posicionado en los buscadores. Parece que el dicho, “en casa del herrero, cuchara de palo”, se aplica perfectamente a mi caso. Debería de renovar la web, pero realmente no tengo tiempo.

Mis prioridades son atender mis clientes actuales y preparar unas buenas clases, que daré en el IE (Instituto de Empresa), sobre dos técnicas de Marketing Online; el posicionamiento web (SEO) y los anuncios en buscadores como Google.

Se podría decir que soy el ejemplo de una persona a la que Internet ha salvado de la cola del paro “de la generación de los cincuentones”.

Algunas PREGUNTAS para André:

¿Te arrepientas de haber venido a España?

Hmmm, cada país tiene sus partes buenas y otras que no lo son tanto; se podría hacer una entrevista sólo sobre este aspecto, pero poco o nada de ello realmente ha tenido un impacto en mi vida. Estoy felizmente casado, y tenemos una hija que adoramos. Además, España me ha dado la oportunidad de desarrollarme profesionalmente más de lo que había soñado, y me siento completamente integrado; hasta el punto, que voy con el equipo español cuando juega contra Alemania ¿Puede uno pedir más?

Si quisiese crecer más profesional y/o económicamente, no depende de si me encuentro  en Alemania o España. Desde luego, actualmente será más difícil en España, pero en ambos países hay lugar para personas con espíritu emprendedor.

¿Qué te llamó la atención de ser Emprendedor? ¿Naciste o te hiciste Emprendedor?

Como se ha visto, realmente fueron las circunstancias que me impulsaron a emprender mi propio negocio. Antes vivía holgadamente, me gustaba mi trabajo y lo que también es muy importante, tenía el reconocimiento de mis compañeros y superiores, que es una fuente de motivación. A decir verdad, no me habría arriesgado a perderlo todo para, eventualmente, ganar más dinero y ser mi propio jefe. Me motivan más las novedades y los retos que el dinero.

¿Viven mejor los emprendedores?

Lo bueno de ser emprendedor, es que trabajas para ti mismo y hacia la consecución de tus objetivos. Lo cual es sumamente motivante y no llegas a “aburrirte”. Me gusta la libertad que tengo de dedicarme a los temas que más me interesan y especializarme en ellos. Pero el emprendedor debe saber encajar los pequeños y grandes fracasos y seguir adelante; hay que saber vivir con la incertidumbre que conlleva no saber si mañana tendrás clientes. Acostumbrado al éxito laboral, tuve que aprenderlo sobre la marcha, pero he salido muy reforzado. Trabajo más que antes, gano menos, pero también es más satisfactorio y tengo más libertades; En resumidas cuentas, sin duda ninguna, lo volvería a hacer.

¿En qué te ha afectado la crisis?

Tengo la suerte de poder decir que a lo sumo me ha beneficiado. Me explico; sí he perdido dos clientes relacionados con la construcción, y otro que dependía de las subvenciones del estado para la energía solar, pero en todos esto años los demás clientes, al ver los beneficios, han ido aumentado y diversificado servicios relacionados con el Marketing en Internet. En particular como medio económico y canal adicional para llegar a clientes nacionales y globales a los que sin Internet no tendrían acceso.

Además, he podido presenciar como internet ha evitado que algunos de mis clientes tuviesen serios apuros durante esta crisis que estamos viviendo y le puedo contar algún caso concreto:

  • Uno se vio obligado a reducir la plantilla a casi la mitad, pero sigue aumentando su inversión en internet.
  • Otro habría tenido que pedir créditos de más de un millón de Euros para salir del bache, si no llega a ser por aumento de clientes provenientes de la web; un negocio inexistente hace unos años.
  • Otro cliente genera una parte importante de su negocio internacional a través de Internet. Sólo en los últimos 2 años este porcentaje ha crecido del 11% al 26% y recientemente se acerca al 35%.

En los tres casos, y hay más, la inversión en Internet ha supuesto más que un salvavidas durante la crisis para estas empresas; Internet, es uno los pilares de su negocio.

La mejor prueba del éxito que supone Internet es el hecho de que, a pesar de la crisis, las empresas suelen aumentar su inversión en el Marketing en Internet. Según el último informe de PwC (Price Waterhouse Coopers), cuyo sponsor es el IAB (Internet Advertising Bureau), las empresas en EEUU invirtieron en el primer semestre del 2012 17 billones de dólares sólo en anuncios online; un 14% más que en el mismo periodo del año anterior.

¿A qué factores atribuyes tu éxito?

Hay muchas empresas grandes que ofrecen servicios similares, pero pecan de la personalización de sus servicios a las necesidades concretas en cada momento del cliente. De hecho, algunos de mis clientes dejaron de usar sus servicios por esta razón y la consiguiente falta de resultados.

Conseguimos buenos resultados, porque colaboramos estrechamente. Me convierto en un “miembro” más de su equipo; hasta el punto de asistir a las reuniones regulares de Marketing y Comunicaciones. Hay una estrecha relación profesional, donde voy profundizando mis conocimientos del negocio de mis clientes y detectando oportunidades donde Internet puede apoyar sus actividades y estrategias. Gran parte de mi labor no es visible, más que por los resultados, y estos resultados se deben a la combinación fructífera de conocimientos de su negocio con técnicas de marketing online.

Algunos dirán que no me va muy bien, porque no he sabido escalar mi negocio. Mis ingresos están limitados a mi capacidad personal. Y tienen razón, desde el punto de crecimiento empresarial. Simplificándolo, no he creado una empresa, sino un puesto de trabajo para mi persona. Pero es el modelo de negocio que había elegido y que funciona para mi y mis clientes. Hay partes sencillas y repetitivas que subcontrato, pero para poder ser la “cabeza pensante” debo emplearme muy a fondo con cada cliente; y es este interés y dedicación el fundamento de mi éxito.

¿Qué le recomendarías a alguien que se está pensando el empezar a Emprender?

Si tienes una idea, has estudiado el mercado y tu plan de negocio muestra su viabilidad del negocio, no debes dejarse asustar y frenar por lo desconocido. Somos mucho más fuertes de lo que pensamos y sabemos afrontar situaciones adversas mejor de lo que nos imaginamos.

Se dice que conseguir un cliente nuevo cuesta 7 veces más que mantener uno existente. Llegaría más lejos, y diría que este cliente además se puede convertir en tu “comercial virtual”. Algo similar se dice con respecto a efecto que puede tener cómo hablan de tu negocio. Si hablan bien, sólo unos pocos se enterarán, pero si comentan algo negativo, se corre la voz por todas partes. La satisfacción de tu cliente debe de ser tú máxima. Si tus clientes tienen éxito, tú lo tendrás también. Dando un paso más de lo que tu cliente espera, te distingue de los demás.

Finalmente, si quieres que tu negocio crezca y evolucione, no debes trabajar “en” tu negocio, sino “por” él; ser la persona que  dirija  el destino de tu empresa. ¡Vaya, no seguir mi ejemplo! Además debes diseñar los procesos, para que no dependa tanto de una persona en particular, sino de una buena definición de los procesos que “cualquier” persona cualificada pueda desempeñar. Hasta el punto, de que tu negocio pueda funcionar sin ti. Recomiendo encarecidamente el libro “The E Myth Revisited” de Michael E. Gerber, que ilustra muy bien estos conceptos básicos, que pueden suponer el éxito o fracaso del emprendedor. Supongo que el libro existe también en español, porque ha vendido más de un millón de ejemplares.


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