La forma que tenemos de comer y el sedentarismo favorece que se mantengan niveles altos de azúcar en sangre lo que exige al páncreas producir mayor cantidad de insulina cada día.
Los expertos de MiAyuno insisten en que, un ayuno prolongado, si se combina con ejercicio físico supone una intervención eficaz y positiva para prevenir la diabetes tipo 2 y evitar que empeore haciendo a la persona insulino dependiente, además de otras enfermedades graves.
Es ya una realidad, científicamente demostrada, que la forma que tenemos de comer y el sedentarismo pueden provocar niveles altos de azúcar (glucosa) en sangre. Estos niveles altos de insulina en el torrente sanguíneo se consideran la causa principal de muchas enfermedades, que afectan a la calidad de vida de las personas, principalmente, cardiovasculares y metabólicas, que se relacionan con la obesidad, con procesos inflamatorios e incluso con enfermedades neurodegenerativas.
La consecuencia final de esta situación por agotamiento del páncreas es la diabetes de tipo 2, que se da cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Y es que, en 2019, la resistencia a la insulina causó 4 millones de muertos en el mundo, según la OMS. Tanto es así, que la diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes, de hecho, el 90% de los diabéticos la padecen.
5 beneficios del ayuno en el paciente diabético
Por ello, es tan importante que las personas con diabetes puedan llevar un control en los alimentos que se ingieren, además de realizar ejercicio físico para poder nivelar la glucosa. Y es aquí donde el ayuno prolongado puede jugar un papel significativo en la recuperación de la diabetes del adulto, ya que a principios de este siglo se utilizaba por sus propiedades terapéuticas para prolongar la vida de los pacientes diabéticos.
Por este motivo, Jesús Domínguez, director técnico de los retiros de Miayuno.es aglutina algunos de los beneficios que aporta a estas personas el ayuno combinado con la actividad física:
- El paciente diabético muestra una mejora sustancial en cuanto a la glicemia y los niveles de insulina en ayunas, así como, en la tasa de oxidación de las grasas, presentes en la diabetes tipo 2.
- Disminuye el riesgo de IAM (infarto agudo de miocardio), y mejora la función cardíaca. Asimismo, mejoran otros parámetros como la hipertensión arterial relacionada también de un modo indirecto con el conocido síndrome metabólico, relacionado con una mala regulación de los azúcares en sangre.
- Reduce los niveles de glucosuria, poliuria, retarda el envejecimiento y aumenta la esperanza de vida.
- Pérdida de grasa abdominal.
- Mejoran otros parámetros sanguíneos como el colesterol, ácido úrico también (relacionados con problemas en la regulación insulínica).
En conclusión, el ayuno aporta grandes beneficios en la salud de aquellas personas que sufren una mala regulación de los niveles de glucosa en sangre. En aquellos casos más severos, en los que no se pueden tolerar con seguridad esos largos períodos de ayuno, siempre monitorizados por un médico, durante todo el proceso, se pueden hacer planes personalizados de restricción calórica menos severos que el ayuno prolongado.
Desde hace ya varios años y en diferentes países de todo el mundo, el ayuno está cubierto por el sistema de salud pública, incluso en Europa. Alemania cuenta con más de 600 centros donde realizar un ayuno supervisado, Francia cuenta con una federación del ayuno y más de 200 centros y España que contaba con tres centros antes de 2013, en la actualidad son ya más de 15 centros, según explican desde la compañía.
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