Se habla y cada vez más de la turismofobia, y de como los locales reivindican un turismo más sostenible.
Las primeras actuaciones son algunas extremas y los políticos deberían actuar para que no se les fuera de las manos.
Hay en juego muchos puestos de trabajo en el sector turístico y han sido años que han labrado la profesionalidad del sector.
Pero también es verdad que hay que actuar porque nadie quiere que las ciudades mueran y sus vecinos desaparezcan de las zonas históricas expulsadas por un turismo global que al final tristemente impone una uniformidad de tiendas de camisetas, helados y souvenirs en las principales ubicaciones turísticas.
Una posible solución es revertir en la población local que es la que sufre la masificación del turismo los beneficios que dejan los turistas.
En Vail, Colorado, una ciudad de apenas 5.000 habitantes llevan dos años convirtiendo un turismo de más de 1.800.000 visitantes en un programa sostenible para la ciudad y además ejemplar.
Se educa al turista para que respete lo local, pero sobretodo se invierten los beneficios para que sus conciudadanos disfruten de una mejor calidad de vida. Así se ha dotado a la población con caminos para bicicletas por toda la región, unos servicios de limpieza que parece que sea un museo el propio pueblo de Vail, etc….
En nuestro país se podría actuar de la siguiente manera en otorgar beneficios a los locales que viven en las ciudades y pueblos, y excluyendo a los visitantes:
- Transporte municipal gratuito (meto, bus)
- Parking municipal gratuito
- Conexiones a Internet en todo el municipio GRATUITO
- Descuentos en las facturas de la electricidad, agua, gas…
- Más jardines y parques, más zonas verdes, más espacios abiertos de disfrute para los vecinos
- Museos gratuitos para los locales
Seguramente hay que actuar en otros ámbitos como es la gestión de los flujos de personas en la misma ciudad y población pero cuando se revierten los beneficios del turismo en las personas que viven en esas mismas ciudades turísticas, la percepción del mismo cambia.
También hay que recordar que todos somos turistas en algún momento y de forma recurrente. Y es aquí donde surgen oportunidades para emprendedores que quieran resolver los problemas que crea la masificación del turismo.