No hay duda de que seguimos estamos en crisis y es fácil constatarlo porque no hay semana que el servidor te devuelve un email por no llegar al destinatario. Menos mal que cuando uno es emprendedor sólo el mercado puede despedirte y es por ello que hay que recurrir a técnicas de guerrillas para salir adelante.
Cuando se trabaja en una empresa donde existen protocolos y formas de trabajar muy catalogadas, la forma de acercarse al cliente con nuevas fórmulas de colaboración se hace más lenta. No así cuando eres emprendedor que te permite ser más flexible y poder ofrecer a los clientes nuevos esquemas que en tiempos no de crisis no sería posible: descuentos sobre descuentos, promociones exclusivas, mejora en la forma de pago…etc, etc, todo es posible por captar un cliente. Y lo más importante es que esta flexibilidad se haga rápida y al momento.
Por último señalar que una de las ventajas de estar en las trincheras de forma permanente es que adquieres información del mercado, de tus competidores, de la funcionalidad de tu producto, por lo que resulta muy aprovechable para optimizar todo lo que rodea a tu proyecto y mejorarlo para que cuando se salga del tunel, la organización sea más eficiente frente a los clientes y frente al mercado.
Nacho Martin