Estas palabras de Woody Allen quizás expresan la esencia de todo: que estamos separados de la felicidad por la misma esperanza que la persigue.
Cuando quieres montar tu propio proyecto, lo que muchas veces te separa de empezar son las excusas: “No tenía dinero para montar mi negocio.
Tampoco tenía una oficina, ni clientes, ni sabía cómo conseguirlos. No tenía contactos, ni padres ricos”, etc, etc, etc. “No tenía talento, ni tuve suerte, ni el equipamiento adecuado. Y no podía escribir un libro porque no tenía editor. Tenía miedo de escribir una entrada en un blog por lo que pudiera pensar la gente”, etc, etc, etc.
Estas son las excusas . Siempre hay una brecha entre » lo que tienes ahora y lo que te gustaría tener.» La brecha es cada una de tus excusas.
Todo lo que necesitas para cerrar la brecha es ser creativo y trabajar para eliminar cada una de las excusas: esto es todo lo que necesitas. Y la buena noticia es que las excusas son un indicador de por dónde debes empezar. Son tu lista de prioridades y la hoja de ruta hacia tu objetivo: empezar tu negocio.
A continuación te detallamos una lista de las excusas más comunes para emprender un nuevo proyecto y que te servirán precisamente para eso:
1.- No tengo dinero
Cada situación es distinta. Trabaja en tu idea y busca socios inversores. Quizás estén más cerca de lo que crees, entre tu círculo de amistades, en tu comunidad.
Piensa en empresas con sinergias con la tuya y que podrían estar interesados en que tengas éxito y así beneficiarse ellos también.
Quizás estés trabajando en una empresa y cuentas con tu pasivo laboral: tu indemnización. Si crees en tu proyecto y transmites tu entusiasmo y tu pasión te será más fácil encontrar financiación. Busca en los concursos de emprendedores y apúntate al crowdfunding. Muévete!
2.- No tengo los medios
En muchas ocasiones no necesitas tantos medios como crees. Empieza modestamente, quizás desde casa o en un centro de coworking.
Fíjate en la gente que hace vídeos para Youtube y se gana la vida con el tráfico y la publicidad que generan. Y para ello no necesitan más que la cámara de cualquiera de los teléfonos móviles que existen hoy en día.
3.- No tengo tiempo
Esta es la madre de todas las excusas. Si realmente deseas una cosa, encuentras el tiempo para ello. Deja de mirar la televisión, levántate más temprano, aprovecha las noches y los fines de semana, saca provecho de los tiempos muertos, organízate mejor, etc.
La malo de las excusas es que son muy convincentes. Pero todos encontramos obstáculos en la vida y depende de ti si decides superarlos o dejar que te detengan.
4.- Todavía no estoy preparado
“Necesito un año más para mejorar, para aprender tecnología, para entender la contabilidad, para conocer el mercado, para…, para…,”
El momento ideal no llega nunca porque el momento es ya! Por supuesto, debes tener tu proyecto bien definido y con una base sólida y clara, pero nunca te parecerá perfecto. Y la buena noticia es que no hace falta que lo sea.
Ya lo mejorarás con el tiempo y el feedback de tus clientes. Ahora lo más importante es empezar y poner toda su pasión y entusiasmo. Y muchas horas. Muchas y felices horas.
5.- No tengo un título universitario
¿Y qué? Muchísimos emprendedores no lo tienen. Steve Jobs y Bill Gates tampoco. Dejaron la universidad para fundar Apple y Microsoft, respectivamente.
El Director de Recursos Humanos de Google declaraba hace poco que ellos no se fijan en la nota media de los estudios en sus procesos de selección y que cada vez más sus empleados no tienen títulos universitarios en absoluto!
El mundo está cambiando. El valor ahora se demuestra con tu trabajo y con tu actitud, con tu talento y tu magia interior, con tu pasión y tu entusiasmo.
6.- Es una locura
El Dr. Wayne W. Dyer era un licenciado en psicología por la Universidad de Michigan. Trabajó como profesor en la St. John´s University de Nueva York simultaneando este trabajo con una consulta privada de psicoterapia.
Tenía 30 años y disfrutaba de una vida cómoda con su trabajo en la universidad y su consulta. Pero paró, escribió un libro de autoayuda, cargó el maletero de su coche con ejemplares del mismo y se puso a conducir por todo el país dejando el libro en todas las librerías que se lo aceptaban.
Mucha gente pensó que era una locura pero él creía en su libro. Se llamaba “Tus zonas erróneas” y se vendieron más de 100 millones de ejemplares.
Muchos proyectos empiezan con la frase «es una locura”. Algunos lo son pero otros no. Y eso sólo lo sabes después. Porque casi siempre el éxito está en la ejecución, no en la idea.
Las excusas pueden ser muy convincentes y te proporcionan la justificación para no hacer nada. Pero también pueden ser las alertas sobre por dónde empezar y qué obstáculos debes superar.
Así que adelante y ¡diviértete! Estas palabras de Woody Allen quizás expresan la esencia de todo: que estamos separados de la felicidad por la misma esperanza que la persigue.