La vida pasa muy deprisa! hasta llegar al cielo


Deprisa

La salida diaria del sol es una invitación a disfrutar de la vida de forma intensa. También nos permite hacer una reflexión que hoy aprovechamos para profundizar en ella. Lo primero que podemos hacer es pensar si estamos contentos con nuestra vida y si hay campos de regeneración. Posiblemente la gran mayoría contesta que puede mejorar mucho, tanto en el aspecto profesional como personal. Pero todos estos planes de renovación y arreglo van encaminados a disponer de más tiempo para nosotros mismos y con los seres más allegados. Este es el verdadero campo de batalla, lo demás tiene fácil solución.

Cuando uno se plantea donde puede crecer como persona, se da cuenta que la vida le ha llevado a un nivel y situación que él o ella no ha decidido mucho. En el fondo su status personal le parece poco y además con cierto aburrimiento de la vida. Su conclusion en ese planteamiento es que necesita más tiempo para él, para gozar de la vida que pasa muy deprisa. Le faltan muchas cosas por hacer.

No es el caso de una persona a la que le preguntamos si hacía cosas en su día a día para mejorar. Su contestación fue que esa misma semana había podido ir al gimnasio a jugar a paddle. Y estaba plenamente feliz por tal acción porque había conseguido poder disfrutar de si mismo. Pero resulta que fue a las 20 horas, o sea a las 8 de la noche. Y se había liado hasta la media noche y al día siguiente no había podido rendir en el aspecto laboral. Con lo que al final se quejaba de haber ido al gimnasio ese día.

Pero son muchos los que se comportan de una forma similar y que en cierta manera se están engañando al justificar de que puede hacer cosas que le apetecen pero son prisioneros de un sistema con muy poca flexibilidad.

El problema de muchos es que justifican su autocomplacencia. Y ese es el mayor de los errores de una sociedad. No tenemos que buscar excusas para con el trabajo para explicar una acción que nos da calidad de vida personal. El mal de la sociedad capitalista con valores como la codicia y la ambición monetaria radican en tener que dedicar todo nuestra energía y vida al desarrolllo profesional, olvidándose del tema personal.

No nos encontrarán en ese terreno de desgaste y fustigamiento. La vida pasa, y estas personas que se engañan a si mismos deberían luchar y rebelarse para encontrar una vida llena en sentimientos. Ese es el verdadero crecimiento de la persona que implicará a su vez la progresión y evolución profesional.


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