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Si has decidido emprender y montar tu propio negocio, es muy probable que pases parte del día en espacios cerrados, en especial en salas de reuniones tratando diversos temas sobre la empresa o en la oficina llevando a cabo tus tareas diarias.
A pesar de que son pocas las personas que lo tienen en cuenta, son muchos los contaminantes que circulan por el aire en los espacios cerrados y que inciden en la calidad del aire que respiramos.
Tanto es así que multitud de contaminantes legislados para el aire exterior tienen valores muy superiores en los espacios interiores, lo que hace que sea muy necesario que nos preocupemos por el aire que respiramos en casa y en el interior de la oficina.
Así lo ha asegurado Carles Surià, un ingeniero experto en mediciones de calidad del aire que ha dejado de manifiesto que la sociedad aún no es consciente del nivel de contaminación que hay dentro de sus hogares y que llega a ser superior al de la calle.
Algunos agentes contaminantes presentan valores entre dos y cinco veces superiores en espacios cerrados
Según un estudio llevado a cabo hace 30 años, algunos agentes contaminantes exteriores como el plomo, el cadmio, el arsénico, el benzopireno o el benceno presentaban valores entre dos y cinco veces superiores en espacios cerrados.
Sobre este aspecto Carles Surià ha señalado que “hay una gran falta legislativa sobre la contaminación del aire interior, especialmente en las viviendas, y ello se debe a que los residentes son los responsables de la contaminación del aire interior que ellos mismos generan.
¿Por qué las administraciones no amplían los estándares de calidad de los productos de consumo para asegurar que no emitan contaminantes al espacio interior? Es evidente que reducir la contaminación interior disminuiría el gasto sanitario y los periodos de baja”.
¿Qué tipos de contaminantes encontramos con más frecuencia en los espacios cerrados?
Entre los contaminantes más frecuentes con valores más altos en los hogares, oficinas y otras zonas cerradas destacan los siguientes:
- Sustancias orgánicas: como pueden ser los disolventes o los hidrocarburos aromáticos, que pueden traer consigo problemas respiratorios, irritación de ojos y de garganta, mareos, irritabilidad y dificultad de concentración.
- Gas radón: es la segunda causa de cáncer de pulmón y se encuentra de manera natural en zonas con suelos graníticos como Galicia o con arenisca como en El Maresme (Barcelona). Los usuarios incrementan este contaminante ventilando de forma insuficiente e introduciendo materiales que emiten radón en el hogar, como el granito en las cocinas.
- Contaminación biológica: tales como hongos y ácaros, que causan efectos en las vías respiratorias. Su presencia se está incrementando en los hogares a medida que se rehabilitan viviendas y se incrementan los aislamientos térmicos para ahorrar energía sin la debida precaución, lo que provoca un incremento de la humedad y favorece la proliferación de ácaros en colchones o cortinas.
- Partículas en suspensión: penetran en el sistema respiratorio y son de los peores contaminantes para la salud humana, ya que las partículas más finas pueden llegar a los alvéolos pulmonares y desde allí llevar sustancias nocivas a zonas muy sensibles, así como agravar determinadas patologías.
El ingeniero Carles Surià asegura que existen algunos buenos hábitos que pueden ayudarnos a reducir los niveles de contaminación en los espacios cerrados.
Entre ellos destacan ventilar la estancia de la forma correcta, reducir las fuentes de contaminación interior como mobiliario y materiales de construcción artificiales, acabar con el humo de los cigarrillos, prescindir de los productos de limpieza no biodegradables y de las moquetas, controlar la humedad relativa, instalar extractores en cocinas y baños e incorporar la ventilación nocturna para prevenir la acumulación de la humedad que se genera al dormir.
Ten en cuenta los consejos proporcionados por Carles Surià si quieres evitar las dañinas consecuencias de los contaminantes presentes en los espacios cerrados.
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