A pesar de que en el Diario de Emprendedores siempre te animamos a que curses carreras, posgrados o másteres relacionados con el universo de los negocios para convertirte en un magnífico empresario, también queremos que conozcas a un grupo de emprendedores que han triunfado sin ir a la universidad.
Y es que, en ocasiones, la familia, el trabajo y la falta de un elevado presupuesto nos impiden ir a la universidad y meternos de lleno en el mundo del emprendimiento tras formarnos en materias relacionadas con este sector.
¿Tú también formas parte de este grupo de personas? ¡Pues eso no es excusa para desanimarte!, ya que existen muchos emprendedores que han conseguido grandísimos éxitos con sus proyectos sin haber cursado estudios superiores. ¿Te animas a conocerlos?
Jack Dorsey
Hasta hace unos años, este emprendedor era un completo desconocido. Sin embargo, ahora encabeza las listas de los más ricos y famosos tras la creación de Twitter, una red social que cuenta con millones de usuarios en el mundo entero. Todo un triunfo que Jack Dorsey consiguió tras dejar de asistir a las clases de la Universidad de Nueva York y combinar diversos empleos con el lanzamiento de Twitter.
David Karp
El emprendedor David Karp no solo es famoso por haber triunfado sin ir a la universidad tras poner en marcha Tumblr, sino también por haber tenido éxito en el mundo de los negocios sin tan siquiera haber acabado el instituto. Un proyecto que vio la luz después de que Karp se diera cuenta de la necesidad de disponer de plataformas de microblogging y de contar con la ayuda del ingeniero informático Marco Arment.
Arash Ferdowsi
Aunque tuvo la oportunidad de ir a la universidad, el empresario Arash Ferdowsi decidió dejar los estudios para meterse de lleno en el lanzamiento de su proyecto: Dropbox. Un servicio de intercambio de archivos que ha hecho posible que este joven emprendedor posea, con tan solo 26 años, una fortuna valorada en 400 millones de dólares.
Daniel Ek
Aunque no cuenta con ninguna titulación superior, Daniel Ek decidió tirarse a la piscina en el año 2008 y montar su propio portal de música en streaming. Una idea que bautizó con el nombre de Spotify, que ahora es conocida por todos nosotros y que está valorada en 4.000 millones de dólares.