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España siempre ha sido un país en el que ha predominado el espíritu emprendedor, a pesar de la escasez de ayudas por parte de los gobernantes, así como de la alta carga impositiva y de los riesgos financieros que han de asumir. Hoy profundizaremos en esto último.
No importa si se trata de una empresa que acaba de dar comienzo a su actividad o estamos ante un negocio que ya lleva años en el sector en cuestión. En ambos casos, hay una serie de aspectos negativos que conviene tener en cuenta. En este artículo no solo los describiremos, sino que también abordaremos las medidas de prevención que demuestran ser muy útiles para evitar que se produzcan dichos riesgos.
Estos son los riesgos financieros
Si eres emprendedor y tienes un proyecto en mente, es importante que antes de iniciarlo o incluso justo después de haberle dado forma te pongas en contacto con expertos en control de riesgos financieros. Solo así entenderás los diversos contratiempos a los que tal vez tengas que hacer frente, sobre todo si no aplicas las medidas que describiremos más adelante.
Uno de los mayores temores de todo empresario consiste simplemente en que su negocio se quede sin liquidez. Son numerosos los aspectos que pueden derivar en esta situación tan negativa.
Si no hay ningún tipo de activo del que pueda obtenerse un mínimo rendimiento económico, la situación es si cabe más delicada. De hecho, algunas empresas ni siquiera se ven capaces monetariamente de pagar el sueldo a sus propios empleados, generándose entonces un clima de crispación que se traduce en improductividad laboral.
¿Recuerdas que antes hemos dicho que hay muchos factores que favorecen el riesgo de no tener liquidez? Uno de ellos es otra situación adversa que temen los emprendedores y empresarios en general: los impagos.
Los pagarés están a la orden del día en pleno 2024. Ahora bien, ¿qué pasa si el cliente en cuestión no paga la cantidad acordada dentro de los plazos establecidos? El contratiempo puede ser mayúsculo si la lista de deudores insolventes aumenta con el paso de los meses.
¿Crees que la lista de riesgos termina aquí? Ni mucho menos, ya que es más extensa de lo que tal vez creías. Uno de los más frecuentes se resume en que aprueben nuevas leyes que perjudiquen económicamente al negocio, así como el incumplimiento de determinadas normativas, lo cual supondrá duros castigos a nivel económico.
Por si fuera poco, hay otro riesgo a tener en cuenta si quieres montar una empresa: los aumentos de los tipos de interés. Esta situación se ha producido en los dos últimos años y muchas compañías siguen pagando las consecuencias. Y es que los clientes que no tienen la suficiente liquidez evitan endeudarse por no poder asumir un TAE desmedido, así que la demanda disminuye.
A todos los ya mencionados se suma un riesgo financiero bastante grave: el de tipo operativo. Nos referimos básicamente a aquellos problemas que vienen dados por una situación adversa generada por la propia empresa, ya sea una máquina que deja de funcionar, un empleado que comete un error, etcétera.
Medidas de prevención efectivas
Es innegable que los riesgos que acabamos de mencionar revisten una cierta gravedad. Pero, ¿sabías que es posible preverlos e incluso evitar que se produzcan? En efecto, aunque obtener buenos resultados en este sentido exige adaptar cada solución al tipo de problema exacto que experimenta el negocio, amén del sector al que pertenezca.
Respecto al primer riesgo que hemos sacado a colación, es posible evitarlo si cuentas con las oportunas reservas no solo de efectivo, sino también de activos en general de los que te puedas desprender en cualquier momento: divisas, acciones, inmuebles, etc. Diversificar es fundamental.
En lo referente al riesgo crediticio, es reseñable que resulta inviable eliminarlo del todo, ya que depende de la situación económica de cada cliente en el que deposites tu confianza aplazándole uno o varios pagos. Eso sí, puedes disminuirlo si no solo tienes un deudor. Suponiendo que veinte clientes distintos te deban dinero, es prácticamente imposible que todos ellos quiebren, pero si solo cuentas con uno, las probabilidades aumentan.
Ha llegado el momento de abordar las medidas de prevención que evitan las sanciones. La solución es tan sencilla como mantenerse al tanto de todos los cambios que se producen, ya que la más mínima modificación legislativa podría derivar en una sanción si no cumples a rajatabla con la normativa vigente.
Por último, los riesgos a nivel operativo también son fáciles de evitar aplicando las oportunas medidas de prevención. Una de las más importantes es la de realizar controles a nivel interno para cerciorarse de que todas las acciones se llevan a cabo bajo condiciones óptimas de seguridad y eficiencia. Así te asegurarás de que cada trabajador desempeña sus funciones profesionales de manera correcta. Y nunca se produce un problema que se traduciría en un grave perjuicio económico para la empresa.