Un nuevo amanecer que no quieres ver


Esta es la foto de la visión que un amigo mío podría tener cada mañana, nada más despertar. Sin embargo, prefiere no tenerla y no toma ninguna decisión para cambiar la que tiene que no es más que la oscuridad de su vivienda alimentada con luz artificial. Vive en una gran casa pero con la mala fortuna que es oscura, que no le entra el sol, que tiene que estar conectado a la luz y a la calefacción cada minuto que está en ella. Esta situación podría ser muy similar a muchas otras personas, pero sustituyendo la casa con la libertad de horarios, con la capacidad de elegir, de disfrutar del trabajo, o de poder tener el amor de su vida.

El caso es que las personas en cuestión no toman las decisiones para cambiar y eso que pueden. En nuestro ejemplo real, la persona dispone de un buen trabajo, se gana bien la vida, tiene equilibrio familiar, tiene un buen coche, tiene….. pero no acaba de tomar la decisión de cambiar de casa. Pero lo peor de todo esto es que él manifiesta reiteradamente que quiere cambiar y mudarse a otra para ver el mar. Dice que le gusta mucho la que tiene pero que le gustaría ver el amanecer como el de la foto cada vez que se despierta. Y pudiendo, no lo hace. Y decimos que puede porque ha ido a ver pisos frente al mar y tiene varias ofertas para comprar ahora que han bajado de precio. Se puede permitir la compra porque no está hipotecado, no debe dinero a nadie y encima tiene unos ahorrillos.

¿Por qué no se decide?. Pues porque los temores le impiden tomar la decisión, y más en esta coyuntura económica. Yo le insisto, y le hago ver que se cambie si es lo que quiere porque al final se arrepentirá de no haberlo hecho.

La sociedad no prepara a la gente a que tome decisiones importantes en la vida. ¿Cuántos conocéis que quieren algo y no se atreven a luchar por ello? Quizás tu mismo que tienes un sueño y estás esperando a que venga el día para que se convierta en realidad. Pero le tienes que ayudar con una decisión que cambie tu vida.

Es más fácil de lo que crees. No te contagies del pesimismo ni de las previsiones más negras de esta crisis. Al final se normalizará y todo volverá a ser como antes, con la única diferencia que habrán pasado unos días de tu preciosa vida que no has podido disfrutar como tu realmente quieres.


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