Cuando se emprende un nuevo negocio, puede ser fácil dejarse llevar por la emoción y los sueños – y con razón, ya que uno se embarca en un viaje emocionante y fascinante.
Como le ocurre a la mayoría de los emprendedores, cuando la idea cobra vida, tienes una oleada de adrenalina que te invade, y desde entonces dedicas cada minuto del día a conseguir su puesta en marcha. La pregunta es, ¿podéis hacerlo? La respuesta es ¡claro que sí!
Y como el propio Richard Branson dice, hay un montón de trabajo por hacer, y durante ese largo viaje, cualidades como la determinación y el coraje serán tan vitales como el entusiasmo y el optimismo.
Hay que tener un objetivo final en mente que se debe trocear en objetivos más pequeños y alcanzables que os ayudarán a llevar vuestro sueño a la realidad paso a paso. Es necesario comprender quiénes son vuestros clientes, qué es lo que quieren y cómo puedes ofrecérselo de manera diferenciada a como lo hacen los demás..
Tenéis que estar preparados para tener la agilidad suficiente para hacer frente a problemas imprevistos y aprovechar las las oportunidades que se presenten. Esto puede significar la modificación de vuestra idea original, que puede ser difícil – muchos negocios fracasan porque sus fundadores son demasiado rígidos para ajustar el proyecto según va avanzando.
Resulta de vital importancia focalizarse en la satisfacción del cliente: sin satisfacción no hay clientes; sin clientes no hay ventas; sin ventas no hay beneficios. El beneficio debe ser una consecuencia, un resultado necesario y un termómetro de la satisfacción del cliente.
Para ello, es muy conveniente una política de calidad y atención al cliente que busque incluso superar sus expectativas desde el primero hasta el último momento.La perfección no existe pero si buscáis la perfección, podréis alcanzar la excelencia.
Así que a soñar en grande! Pero paso a paso. Aunque a veces parece que no se avanza, sí que se avanza. Sed flexibles y progresad paso a paso a medida que exploráis lo que necesitan vuestros clientes. Y sobre todo, divertíos. Porque eso se transmite, se contagia, y vuestro negocio y vuestros clientes os lo agradecerán.