Esta es la historia de Pedro, pero que podría ser la tuya. Solo hace falta que personalices la segunda cifra del titular porque lo demás es algo que sientes y padeces si trabajas para alguien que te aporta más bien poco y en cambio te presiona cada mes hasta lo indecible. Pero ha llegado el momento de decir Basta! Te vas a hacer emprendedor.
Y es que siempre ha habido empresas donde la presión ha sido la constante. Todo depende de quien las lidera. Si es alguien que solo cree en la presión como herramienta para obtener de los equipos humanos el máximo de sí, entonces cuídate porque no hay nada que te pueda proteger.
Son personas obsesionadas en la necesidad de captar negocio a cualquier precio, olvidándose de los éxitos pasados (a veces de los de ayer mismo), y concentrando toda su ira en planes que van acompañados de un seguimiento diario para asegurarse los objetivos.
Trabajar en estas empresas no aporta nada. A Pedro, nuestro amigo de esta historia, lo tienen frito. Llega a pensar que incluso la presión es buena y que está aprendiendo. Nada más lejos de la realidad. De estas experiencias no se aprende nada. Y lo mejor que puede hacer es irse, pero con un plan que no es otro que hacerse emprendedor.
Y si uno analiza los mecanismos de esta presión, se da cuenta que no tiene ni pies ni cabeza. Te exigen el máximo, como si estuvieses cobrando una fortuna (que tampoco estaría legitimada pero si se soportaría) y cuando llega la nómina ves que solo te dan 1.300 euritos. ¿Cómo se concibe esto? Solamente por las malas prácticas de algunas empresas y de algunos individuos. Este tipo de presión suele darse en el mundo comercial. Y muchos de estos jefes no han vendido nunca nada y suelen ser bastante mediocres.
Y si analizamos los resultados de esta presión, vemos que nadie gana. El trabajador suele acabar con depresión o desanimado y en la mayoría de las veces sin resultados que puedan contentar al jefe. Con lo que acaba siendo despedido. Y la empresa pierde también porque no puede articular un equipo humano ganador capaz de llevar la misma al éxito ejemplar en su mercado. ¿Es qué no se dan cuenta los jefes de los jefes que esto no puede continuar así? Quizás sí, y prefieren la rotación del personal porque esa podría ser su ventaja competitiva. Entonces, si no eres del departamento de recursos humanos, mejor hazte emprendedor y coge las maletas porque estás en la empresa equivocada.
A los emprendedores no nos va esta presión. Nos basamos en el talento y en nuestro saber hacer. Ya es suficiente la dureza de sacar adelante el proyecto. Sustituimos esta presión por amor a nuestro equipo, a nuestra tareas, y utilizamos la pasión como herramienta seductora para alcanzar nuestras metas.
A Pedro y a todos los que se sienten como él, mandar a freir espárragos a vuestro jefe. Como eso no lo podéis hacer, entonces ponerle cuando no se de cuenta, este artículo en su navegador. A lo mejor reacciona!