Mi primera aventura: las corbatas


las corbatas

No se puede decir que tuviera mucho éxito con el proyecto de las corbatas pero cada vez que lo cuento, nos ponemos a reir de lo cómico que fué.

Todo empezó con un viaje por Asia. De eso hace ya más de 15 años y esa zona del mundo quedaba muy lejos entonces. La idea era traer corbatas de seda ya que en España se vendían a 30 euros (5.000 ptas) y su coste en origen era de apenas 10 euros.

Nos trajimos 1.000 corbatas por 30.000 euros. Al intentar pasar las aduanas, no teníamos papeles ni aranceles pagados por lo que, después de pagar los mismos y perder unas 50 corbatas entre el personal, pudimos sacarlas de allí.

A la hora de vender empezaron los problemas. Resulta que los tailandeses son igual de altos que un servidor, o sea, bajitos. Las corbatas puestas entre los españoles apenas llegaban a la altura del corazón por lo que después de insistir, de pregonar, que se alargaban al lavarlas, de estirarlas en cuanto se las probaban, tuvimos que regalarlas. Nadie se podía poner las corbatas excepto los bajitos a los que les quedaba de perlas. Pudimos vender unas cuantas y más de uno seguramente dejó de hablarme al no probarse previamente las corbatas y comprobar más tarde que no le servían.

Fue una gran experiencia que convertí en enseñanza, ya que al final se saldó con la venta de las últimas dichosas corbatas (hoy ya no me pongo) y no perder nada de dinero. Pero los miedos se fueron, y me dí cuenta que todo era como un juego que hay que saber gestionar y ganar. Seguro que os habéis encontrado en una situación similar.Yes, we can do it!!


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