La crisis financiera que estamos plenamente sumergidos ha sido creada por los propios bancos en su afan de lucrarse de forma salvaje y desmesurada. La inversión en productos financieros llamados futuros, opciones, derivados, swaps, ventas a crédito, etc y con un origen en las hipotecas subprime permitía obtener rentabilidades de dos y tres dígitos. Al frente de las decisiones de este tipo de inversiones se encontraban muchos jóvenes y directivos ya curtidos que perseguían la gloria en su propio Banco y un buen BONUS a final de año. La fiebre se ha extendido a las cajas de ahorros de numerosos países, especialmente en Estados Unidos y España con el consiguiente peligro de solvencia de dichas entidades.
Ahora que ha «petado» y hemos pasado del pánico a la euforia y nuevamente a la realidad de crisis económica fuerte, tenemos que pensar que vendrá después y que podemos esperar.
Ya hemos comentado anteriormente que esperamos que sean los americanos los que nos van a sacar de este atolladero por su enorme dinamismo emprendedor.
Pero otra de las vías de solución vendrá de China. El descalabro que ha padecido el mercado bursátil y pulmon financiero de China hace preveer que una posible recuperación está al caer. Se palpa la la recuperación de las cotizaciones del mercado de Shanghai que llegarán a un nivel de los 4.000 puntos, el doble de lo que están ahora.
Otra medida a esperar es la apreciación de la moneda de China: Yuan. Una revalorización del Yuan en un 30% implicaría una devaluación del resto de las monedas en un mismo porcentaje y esto se trasladaría en una bajada de precios y de la inflación en un momento que es necesario para permitir un crecimiento futuro de las economías de Occidente y del tercer mundo.
Y a mayor alegría de los mercados, menos miedos y temores para los emprendedores en su carrera por consolidar sus proyectos.