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En principio, los préstamos están en el mercado para solucionar problemas de liquidez.
Sin embargo, las grandes empresas suelen utilizar el endeudamiento a pesar de que dispongan de flujos de caja suficiente.
Para los emprendedores grandes y pequeños no tiene por qué ser diferente. Aquí compartimos situaciones en las que podría ser conveniente pedir un préstamo incuso si ya se tiene el dinero.
Emprender
El propio momento de emprender puede ser una buena razón para endeudarse. La inversión inicial de casi cualquier emprendimiento suele ser importante y comprometer todos los ahorros en ella puede ser posible, pero dejarnos en el hilo de la iliquidez.
El hecho de pedir un préstamo va asociado a unas cuotas de devolución, lo que permite ir amortizando la deuda poco a poco y mantener la liquidez propia para los gastos que vayan surgiendo en el futuro.
Si todo va bien, es de esperar que, con el tiempo, los propios ingresos del proyecto de emprendimiento vayan cubriendo las cuotas del préstamo.
Flexibilidad
Está claro que el hecho de disponer de un préstamo sin necesitarlo puede parecer un lujo.
Sin embargo, en realidad, puede ser simplemente el precio de tener más flexibilidad financiera y mantener un remanente de liquidez para imprevistos que puedan ir surgiendo.
Vivir al día y confiar en poder conseguir el dinero en poco tiempo cuando surja la necesidad puede no ser muy realista dependiendo de las cantidades.
Evitar aportaciones de los socios
A veces, la liquidez está disponible mediante las aportaciones de los socios, pero estos no siempre reciben bien la idea de tener que invertir más dinero.
En muchos casos, empresas y emprendedores optan por endeudarse antes que por pedir más aportaciones.
Acometer inversiones con altos rendimientos
Endeudarse para invertir es una decisión arriesgada, pero puede permitir aprovechar una buena oportunidad de inversión sin que lo note el bolsillo.
Para ello, además de que la inversión debe producir más que los intereses y gastos que va a generar el préstamo, debemos tener en cuenta las probabilidades de éxito de dicha inversión y, sobre todo, si tendremos alguna forma de solucionar el problema que un fracaso en la inversión podría acarrear para devolver el préstamo.
Obviamente, la conveniencia de pedir financiación no solo depende de lo hablado en este artículo, sino también de la situación personal del solicitante.
Está claro que aunque el endeudamiento tenga sus ventajas, su principal inconveniente es el riesgo de cometer un impago y siempre se debe analizar bien si merece la pena asumirlo.
La buena noticia es que, en la actualidad, existen muy diversos tipos de préstamo, desde los préstamos sin nómina ni aval que se consiguen solo con el DNI, hasta las hipotecas y préstamos con garantías de otro tipo, cada emprendedor puede buscar la solución más adecuada para su situación concreta.